La liturgia de hoy, fiesta conmemorativa de San Marcos, gran predicador,  nos invita a ir por el mundo y predicar el evangelio a toda creativa y para ello en la primera lectura, nos invita Pedro, a ejercitarnos en ciertas cualidades propias de la convivencia, de la vida en comunidad. El Papa Francisco de la misionariedad universal.

La liturgia de hoy nos lleva a meditar en dos enseñanzas: el proyecto de Dios, la extensión del Reino, se realiza a pesar de todos los obstáculos humanos que se van presentando. y la segunda, “Serán perseguidos por mi causa”.
Y el evangelio nos anuncia de antemano la eucaristía de la que el cristiano se alimenta y de la que saca fuerzas para la vida.

Hoy podemos dejarnos mirar y penetrar por esta libertad tan profunda de los apóstoles para acoger y vivir lo que perciben como llamada de Dios. Podemos decidir ser de los que vivimos de lo alto. Comportarnos como hijos de la Luz o ser murciélagos, como nos confrontaba el Papa Francisco ayer…

Hoy están faltando muchos cristianos valientes que anuncien la Palabra de Dios, cristianos que estén convencidos que quieren ser luz y que como luz anuncien y muestren con su modo de pensar, hablar y actuar lo que Dios ha hecho en su vida. Cristianos que mostremos cuánto amo Dios al mundo.