Alabemos a nuestro Dios. Que lo alabe el alto cielo! ¡Que lo alaben sus ángeles! ¡Que lo alaben sol y luna! ¡Que lo alaben las estrellas!
¡Que lo alaben las lluvias! ¡Que lo alabe el universo! Alabemos a nuestro Dios, porque con una orden suya fue creado todo lo que existe. Sal 148, 1-5
Qué bendición Señor despertar y sentir tu Amor en la suavidad de nuestras cobijas que nos abrigan como lo haces Tu Espíritu Santo. Gracias Señor por sentirnos amados desde que inicia este nuevo día. Gracias por la Creación: las flores, los frutos, los animales; los lugares con vegetación, como los áridos y desérticos; las ciudades con sus edificaciones, como las playas que nos permiten disfrutar de la paz que nos brinda el oleaje del mar, como un atardecer, donde también experimentamos nuestra pequeñez ante la majestuosidad de tu obra; gracias también por esos lugares en que abunda la nieve y nos invita al recogimiento. Bendito seas Señor por todo y por tanto.
Así también Señor te pedimos perdón por lo mal que hemos tratado a esta grandiosa obra que has creado para nosotros y la hemos contaminado, maltratado y llevado al caos.
Perdón Señor por nuestra mala actitud ante esto y ante todo lo bueno y bello que nos das cada día y no apreciamos por estar sumergiéndonos en problemas, muchos de ellos debido a las malas decisiones que hemos tomado, por no tomarte en cuenta y creernos poderosos y que vamos a resolverlos por nosotros mismos y no auxiliados por el Espíritu Santo.
Tu Señor Jesús nos dices: “Así, aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros. 2 Cor 4:8-10
Te agradecemos tu presencia siempre guiándonos y guiándonos para pasar por las penurias y sufrimiento y, sin embarazo poder, si nos confiamos y esperamos en Ti, en ella encontrar alegría y victoria para nuestras vidas en la tierra.
Por eso te suplicamos, ven a nuestras vidas y que cada uno de nosotros reconozca que todo lo que hemos vivido ha sido para el bien, con la certeza de que eres nuestro Dios y Señor, nuestro refugio y nuestro protector.
Te presentamos a nuestra querida Costa Rica, haz que por encima del pecado disfrazado de: intereses personales, rencillas, corrupción e inoperancia y, del dolor que estamos experimentando en este tiempo aterrador, escuchemos tus palabras: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Is 41, 10.
Amén.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.