Yo sé bien que mi defensor está vivo…Esta es la firme esperanza que tengo”. Job 19, 21-27.
Ocasionalmente luchamos con el peso de tomar una decisión importante. ¿Sería maravilloso si tuviéramos la continua manifestación de la presencia de Dios, como la nube que proporcionó a sus hijos en el desierto? Núm 9,17
Aprender a caminar con Dios es un proceso. En el momento en que pensamos que lo hemos calculado todo, Dios nos guía a un nuevo lugar donde nuestras viejas estrategias no funcionan. Entramos en un territorio desconocido y pronto se nos recuerda que nos tropezaremos por nuestra cuenta, pero cuando tomamos la mano de Dios, caminamos con confianza. El quiere que superemos las limitaciones y a nosotros mismos. Quiere llevarnos a un lugar donde nunca hemos estado y donde no podemos llegar sin su ayuda.
Oremos: Buenos días Señor. Te presento mi viaje por la vida. Ayúdame a entender y reconocer tu orientación en cada decisión que tome. Sé que seguirte no significa que todo será fácil. Ayúdame a no perder la fe cuando me encuentre en una dificultad..
Padre, en tus manos me pongo. Haz de mi lo que quieras. Por todo lo que hagas de mi, te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que tu voluntad se haga en mi y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío. Pongo mi alma entre tus manos, te la doy, Dios mío, con todo el ardor de mi corazón porque te amo, y es para mi una necesidad de amor el darme, el entregarme entre tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
<
p class=”font_8″> Amén..
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.