Hola queridos lectores. Hoy quiero compartir con ustedes acerca de un artículo que salió en uno de los periódicos matutinos en esta semana y habla acerca los trastornos depresivos, los duelos, el desamparo durante la infancia, el fallo en el sostén esperado de las figuras paternas y maternas y el narcisismo que se presentan, nos comenta la psicóloga y piscoanalista Carolina Gólcher Umaña, como talón de fondo en la clínicas de las afecciones psicosomáticas.
Comencemos por hablar acerca de ¿qué es somatización? El término “somatización” hace referencia al hecho de manifestar el malestar psicológico o emocional en forma de síntomas físicos en ausencia de una enfermedad médica o alteración orgánica que los justifique (Kurlansic, 2016).
Nuria Gómez Rodicio, nos habla acerca de ¿Qué relación se establece entre el cuerpo y las emociones? ¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando no somos capaces de identificar lo que sentimos? La emoción está ahí, la bloqueamos, pero el cuerpo, a través de las somatizaciones y de las enfermedades, nos está diciendo que algo no está bien.
Se dice que el cuerpo grita lo que el alma llora y esto es ir más allá del simple dolor, es entender que algo en nuestro ser no está bien y que hay que ponerle atención antes de que esto se complique realmente y se vuelva un verdadero problema.
Qué sucede en nuestro cuerpo cuando no somos capaces de identificar lo que sentimos? La emoción está ahí, la bloqueamos, pero el cuerpo, a través de las somatizaciones y de las enfermedades, nos está diciendo que algo no está bien
El Dr Nelson Torres nos explica que el cuerpo se expresa por sintomatología, que es ni más ni menos una serie de síntomas por los que nos dice claramente que está pasando a nivel emocional.
Ante dolores repetitivos y baja de defensas constante, es importante revisar que está pasando a nivel emocional. Cuando los síntomas se presentan de forma repetitiva, donde aún ante diagnóstico y bien medicadas, los síntomas aparecen y pueden lograr que quiénes los sufren pasen momentos de malestar y distimia (alteración del estado de ánimo que tiene los siguientes síntomas: Altibajos del estado de ánimo, con tendencia al estado de ánimo irritable o deprimido).
En muchas técnicas desde el yoga, hasta la medicina de renovación celular, pasando por la bioquímica corporal y cerebral, la psicología del comportamiento, sin faltar la Gestalt. Todas han llegado desde diferentes ópticas a encontrar científicamente, que la mente (emociones) y el cuerpo (fisiología) van directamente relacionadas y se afectan de formas muy poderosas, de ahí la cita de las Sátiras de Juvenal: Mens sāna in corpore sānō. (Mente sana en cuerpo sano)
Realmente nuestro cuerpo grita, lo que no sabemos cómo decir y preferimos callar y almacenar “para después”, aunque eso sea la causa de enfermarnos gravemente.
Así se ven personas con cánceres y enfermedades degenerativas poseedoras de una vida saturada de estrés, dolor emocional y incapacidad de hablar o enfrentar sus problemas de forma sana y equilibrada, generalmente es a gritos o en silencio.
EL CUERPO GRITA …LO QUE LA BOCA CALLA”
“La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma”. afirma Bach.
Muchas veces…El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar. La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable. Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas. El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer mata cuando te cansas de “vivir”.
Afirma la psicóloga Gólcher que el gran riesgo de la medicación e intelectualización del sufrimiento del paciente lo aleja de la posibilidad de simbolizar y resignificar su vivencia de la enfermedad.
En relación con la medicina como saber, quien se desempeñe en alguna de las especialidades de la salud, no debe olvidar que la biografía de cada paciente es la vía privilegiada de acceso a cada uno, una que es la que contiene los enigmas por descifrar en el tratamiento del síntoma.
Hacer valer una historia que sea exclusivamente biológica o genética, sino también relacional y psíquica contribuye a la reescritura de una historia de vida, que ha quedado atrapada en el síntoma.
Sobre lo anterior, al tomar en cuenta la intervención de la subjetividad del paciente es necesario recordar que toda enfermedad representa una herida narcisista, la enfermedad se sitúa mentalmente como un conflicto, deviene en caos en la experiencia humana, y la singularidad del caso por caso se muestra como una realidad ineludible y piedra angular de la atención médica.
Entonces ¿qué podemos hacer con nuestras emociones para no somatizar?
Primero dejemos algo en claro, sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y los niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones faciales o con acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y muestran emociones, pero aún no tienen la capacidad de darle un nombre a la emoción o decir por qué se sienten de esa manera.
A medida que crecemos, nos volvemos más hábiles al entender las emociones. En lugar de reaccionar como reaccionan los niños, podemos identificar lo que sentimos y ponerlo en palabras. Con el tiempo y la práctica, nos volvemos mejores para descifrar lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia emocional.
La conciencia emocional nos ayuda a develar lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a construir mejores relaciones. Ésto se debe a que el ser conscientes de nuestras emociones nos ayuda a hablar claramente sobre nuestros sentimientos, evitar o resolver mejor los conflictos y superar los sentimientos difíciles con mayor facilidad.
Algunas personas están naturalmente más en contacto con sus emociones que otras. La buena noticia es que todos pueden ser más conscientes de sus emociones. Solo hace falta práctica. Pero vale la pena el esfuerzo: la conciencia emocional es el primer paso hacia la construcción de la inteligencia emocional, una habilidad que puede ayudar a las personas a ser más exitosas en la vida.
¿Como podemos crear esta conciencia emocional?
Comienza con estos tres sencillos pasos:
- Trata de revisar lo que sientes en diferentes situaciones durante el día, hazlo una práctica diaria. Puedes notar que te sientes emocionado después de hacer planes para ir a algún lugar con un amigo. O que te sientes nervioso antes de un examen. Puedes sentirte relajado cuando escuchas música, inspirado por una exposición de arte, o contento cuando un amigo te dice un cumplido. Simplemente observa cualquier emoción que sientas, y dale un nombre a esa emoción en tu mente. Hacer esto solo toma unos segundos, pero es muy buena práctica. Date cuenta de que cada emoción pasa y deja espacio para la siguiente experiencia.
- Califica qué tan fuerte es el sentimiento. Después que observas y le das un nombre a una emoción, llévalo un poco más lejos: Califica cuán fuerte sientes la emoción en una escala del 1 a 10, siendo 1 el sentimiento más leve y el 10 el más intenso.
- Comparte tus sentimientos con las personas más cercanas a ti. Es la mejor manera de practicar poner las emociones en palabras, una habilidad que nos ayuda a sentirnos más cerca de las personas significativas en nuestra vida como familia, compañeros, amigos… Haz que el compartir sentimientos con alguno de ellos sea una práctica diaria. Podrías compartir algo muy personal o algo que es simplemente una emoción cotidiana.
Al igual que cualquier otra cosa en la vida, cuando se trata de emociones, todo mejora con la práctica. Recuerda que no hay buenas o malas emociones. No juzgues tus sentimientos.
No puedo terminar sin mencionar que en la era moderna la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por tanto, la OMS considera la salud mental como algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales.
En la actualidad diferentes estudios científicos sobre el ejercicio físico y la recreación han demostrado que, sin duda, la práctica de actividad física, así como un adecuado aprovechamiento del tiempo libre, generan grandes beneficios para el equilibrio mental del ser humano.
La práctica del ejercicio físico es un concepto más conocido entre las personas, pero si hablamos de recreación, ¿sabe usted a qué nos referimos?
Se trata de un concepto bastante amplio. Según Carmen Salazar Salas, ex directora de la Escuela de Educación Física y Deporte de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien tiene un doctorado en recreación, la recreación se refiere a las actividades que hacemos en nuestro tiempo libre, las seleccionamos de manera voluntaria, tienen que disfrutarse y deben de llevar al desarrollo integral de las personas.
Para Salazar, durante mucho tiempo se ha resumido la salud solo como salud física, pero tiene dos componentes: la parte física y la parte mental. Por ello, afirma sin dudarlo: “la salud mental ha estado relegada y se le desvaloriza.”
La disposición de la persona para recrearse es vital, de allí que “debe haber una sensación, una disponibilidad emocional, algo que yo vivencio y que es muy personal, porque si hay de por medio una obligación, entonces deja de ser recreación”, comentó.
Asimismo, mediante la recreación se pueden fomentar valores, como el apoyo en grupo, “sentirnos valorados por nuestros aportes, lo cual hace que la persona se sienta capaz y mejor, se sienta valiosa e importante para alguien”, añadió Salazar.
Además, subrayó Salazar, la participación en la recreación proporciona beneficios para la persona (individuales) y beneficios para la sociedad (colectivos). En la persona se logran beneficios físicos, cognitivos, emocionales, espirituales, y sociales, con lo cual se promueven condiciones de vida saludables, que logran prevenir padecimientos y mejorar condiciones físicas, así como construir o mantener una adecuada salud mental.
Entre los beneficios colectivos que se alcanzan por medio de la recreación se encuentran la recreación familiar, con la cual se fortalecen los lazos de interacción entre los miembros de la familia, la recreación para los grupos sociales, por ejemplo en el trabajo, el estudio y la comunidad. Todas estas formas de recreación tienen el objetivo de fomentar lazos, una parte socioafectiva que es vital pues hace que la persona se sienta bien.
La experta puntualizó que la sociedad también se favorece en lo económico por medio de la recreación, pues se promueve una sociedad más sana desde el punto de vista físico y mental. Por lo tanto, los programas de salud del país invertirían mucho menos dinero en tratamientos de enfermedades físicas y de salud mental, y las empresas tendrían menos pérdidas debido a las incapacidades de sus trabajadores por problemas de salud.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.