- Jb 42, 1-3. 5-6. 12-16
- Sal 118
- Lc 10, 17-24
Hoy la liturgia nos da algunas lecciones para buscar el rostro de Dios. Veamos:
- En el Salmo, acabamos de proclamar: Yo soy tu Siervo; instrúyeme a y conoceré tus preceptos.
- Job en la primera lectura le dice al Señor:…” solo te conocía de oídas, pero ahora te han visto mis ojos…”
- Y Jesús en el evangelio Jesús, que sabe reconocer la acción de Dios, se llena de gratitud en el Espíritu e irrumpe en una alabanza para su Padre. Estamos llamados a encontrar en la vida cotiadiana esos momentos en los que constatamos la presencia del Padre en nuestra vida. Hemos recibido el Espíritu Santo para expresar esta alegría de sabernos hijos de un Padre providente. Y al final les dice a los discípulos: “Dichosos los que ven lo que ustedes ven…”
Es un mensaje también para nosotros, para que nos dejemos instruir por el Señor y meditemos:
¿Entendemos nuestro quehacer cotidiano, desde nuestra humilde tarea diaria?
¿Qué son estas cosas que Dios ha revelado a los pequeñitos, a la gente sencilla? Creemos que se trata de la fuerza misteriosa del Evangelio para transformar a las personas y llevarlas a la verdad.
Por ello Jesús exclamará, “¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis!”.
También Job descubre que no necesitaba una revelación de Dios, y exclama: “ahora te han visto mis ojos”.
Ante Dios tenemos mucho que cambiar, de transformar, de convertir; nunca pensemos que si no fuera por una “pequeña debilidad” o “pequeños pecado”, seríamos perfectos.
Nos explica el Papa Francisco que “Para caminar, «se necesita esa inquietud que Dios mismo puso en nuestro corazón y que te lleva adelante a buscarlo». Lo mismo, explicó el Pontífice, sucedió a «Job que, con su prueba, comenzó a pensar: pero ¿cómo es Dios, que permite que esto me suceda?». Incluso sus amigos «después de un gran silencio durante días, comenzaron a hablar, a discutir con él». Pero todo eso fue inútil: «con estos argumentos, Job no conoció a Dios». En cambio, «cuando él se dejó interpelar por el Señor en la prueba, encontró a Dios». Y precisamente de Job se puede escuchar «esa palabra que nos ayudará mucho en este camino de búsqueda de nuestra identidad: “yo te conocía de oídas, pero ahora mis ojos te han visto”». Es este el núcleo de la cuestión según el Papa Francisco: «El encuentro con Dios» que puede darse «solamente poniéndose en camino».
Cierto, continuó, «Job se puso en camino con una maldición», incluso «tuvo el valor de maldecir la vida y su historia: “maldito el día en que nací…”». En efecto, reflexionó el Papa, «a veces, en el camino de la vida, no encontramos un sentido a las cosas». Esta misma experiencia vivió el profeta Jeremías, quien, «tras ser seducido por el Señor, percibe la maldición: “¿por qué a mí?”». Él quería «quedarse sentado tranquilo» y en cambio, «el Señor quería hacerle ver su rostro».
Esto es válido para cada uno de nosotros: «para conocer nuestra identidad y conocer la imagen de Dios es necesario ponerse en camino», permanecer «inquietos, no quietos». Precisamente esto «es buscar el rostro de Dios».
Casi al final de sus días, Job se da cuenta de que lo que le faltaba era ver a Dios. Esta debe ser la gran aspiración de todo creyente. ¿Damos las gracias a Dios por este don tan grande?
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/2-10-2010/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2015/documents/papa-francesco-cotidie_20150210_dos-carnets-identidad.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/77476/cat/617/ahora-te-han-visto-mis-ojos.html#google_vignette
Palabra de Vida Mes Octubre “El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos” (Marcos 10, 43-44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.