https://youtu.be/Fk3k0aKKd8w
- Sof 3, 14.18 o bien Rom 12, 9-16
- Sal Is 12
- Lc 1. 39-56
La liturgia de hoy nos invita a llenarnos de gozo pues como nos dice el texto de Sofonías, el Señor se goza y complace en nosotros, El nos ama y se llena de júbilo, palabras que leemos en la liturgia de hoy, con estupendas imágenes que nos parecen una presencia anticipada de la Buena Noticia de Jesús: “Alégrate – El Señor ha alejado a tu enemigo – El Señor, un poderoso salvador, está en medio de ti – No temerás ningún mal. – Él te renueva su amor, Él danza por ti con gritos de júbilo.” Magnífica imagen de Dios: en medio de su pueblo, para salvar, bailando de alegría con el triunfo de los suyos.
La gloria de Dios es el rostro visible del Dios invisible, son las espaldas de Dios, aquellas que Moisés pudo ver como una concesión divina.
Pero, en Jesús, Dios realmente manifiesta su gloria, ya no sólo sus espaldas, sino todo su ser, su esencia y su poder. En Jesús, Dios se hace visible y se convierte en nuestro compañero de camino, no sólo en el camino seguro y del bienestar, sino en el dolor, en el sufrimiento y en la cruz, para manifestar que la solidaridad de Dios para con el hombre es tal que nada puede impedir que Dios experimente en sí, los estragos de la vida diaria. Dios no es alguien ajeno al dolor y sufrimiento humanos, pues él ha querido experimentarlos en la persona de su amado Hijo Jesucristo.
El Salmo (Is 12, nos indica que El es nuestro protector y nuestra fuerza y ha sido nuestra Salvación. Y llenarnos del Espíritu Santo para con Isabel decirle a nuestra Madre María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. “Dichosa tu que has creído”
Es curioso observar en el texto del Evangelio como, almas gemelas en el Espíritu, pueden intercambiarse sentimientos con sólo cruzarse una mirada. Y así debió ocurrir cuando Isabel oyó el saludo de María. La Virgen sabía que su prima necesitaba ayuda, y acudió sin pensárselo dos veces.
María se olvida de sí misma, de su situación, y movida por la fuerza del Espíritu Santo se llega a la casa de Isabel. Ponerse en camino…no es fácil, ¿cuánto nos cuesta dejar lo que habíamos proyectado? No tengo tiempo, estoy…(cada uno coloca sus razones…)
Estar atentos a lo que otros puedan necesitar de mí, no es una virtud, es fruto de esa alegría interior que llevo en el alma, y que necesito compartir sin esperar absolutamente nada a cambio… de lo contrario, dejaría de ser amor para convertirse en un objeto de mercancía.
Uno de los rasgos más característicos de la fe en Dios es saber acudir junto a quien está necesitado de nuestra presencia, y María lleva con ella a Alguien que también tiene prisa de comenzar su misión.
“María, afirma el Papa Francisco, pequeña y humilde, comienza desde la grandeza de Dios y, a pesar de sus problemas, que no eran pocos, está con alegría, porque confía en el Señor en todo. Nos recuerda que Dios puede realizar siempre maravillas si permanecemos abiertos a él y a los hermanos. Pensemos en los grandes testigos de estas tierras: personas sencillas, que confiaron en Dios en medio de las persecuciones. No pusieron la confianza en el mundo, sino en el Señor, y así avanzaron.”
Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (…) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.
Sólo la fe puede adherir a las vías misteriosas de la omnipotencia de Dios. Esta fe se gloría de sus debilidades con el fin de atraer sobre sí el poder de Cristo. De esta fe, la Virgen María es el modelo supremo: ella creyó que ‘nada es imposible para Dios’ (Lc 1,37) y pudo proclamar las grandezas del Señor: ‘El Poderoso ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre’ (Lc 1,49)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 273)
El texto del evangelio termina con el bellísimo canto del Magnificat que es ante todo, un estallido de alegría. Las cosas de Dios parten del gozo y terminan en el entusiasmo. Dios viene a llenar, no a vaciar. Pero ese gozo no es humano. Viene de Dios y en Dios termina. La alegría de María no es de este mundo. No se alegra de su maternidad humana, sino de ser la madre del Mesías, su Salvador (M. Thurian). No de tener un hijo, sino de que ese hijo sea Dios.
Hace dos días el Pontífice, lanzó esta invitación al mundo entero: “Pasado mañana, último día del mes de mayo, fiesta litúrgica de la Visitación de la Santísima Virgen María, a las 18 horas, en la Basílica de Santa María la Mayor rezaremos el Rosario por la paz, en conexión con numerosos santuarios de diversos países y en solidaridad con el pueblo de Ucrania , una familia ucraniana guiará el rezo de uno de los misterio. “Invito a los fieles, a las familias y a las comunidades a unirse a esta invocación, para obtener de Dios, por intercesión de la Reina de la Paz, el don que el mundo espera”
Bibliografia
- PildorasdeFe.com
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2022-05/el-santo-padre-recuerda-el-rosario-por-la-paz-de-fin-de-mayo.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/31/la-escuela-de-nazaret-3/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2210-sofon%C3%ADas-3-14-18—filipenses-4-4-7.html
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/41731/el-magnificat#modal
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.