Domingo de Ramos
Mc 11, 1-10
El Sacerdote Juan Solana., no recuerda a los que hemos participado en la Peregrinación de Abraham, nuestro Padre en la Fe, que el Misterio Pascual de Cristo es el sello de su Amor, resume toda la Obra de Dios y , por lo tanto debe contener nuestra respuesta a ella. Hoy nos corresponde hacerlo de un modo muy simbólico y sencillo; Jesús está entrando al la ciudad de Jerusalen donde va a ser ejecutado, y sabe cada uno de los detalles de lo que le espera ahí, y lo va hacer por Amor nuestro.
Es ahora nuestro turno de ese Amor hasta el extremo de Jesucristo y, hacerlo vida en nuestras vidas.
El Evangelio nos habla de Berfagé, Betania y el Monte de los Olivos donde estuvimos en nuestro recorrido virtual y hoy quisiera, nos dice el sacerdote, que los transformáramos en un estamos. Y meditemos: Dónde estoy yo este Domingo de Ramos, respecto de Jesús?
Vamos a entrar a Jerusalén, acompañando a Jesús, proclamándolo con el Hosanna porque va a entregarse por Amor nuestro.
Is 50, 4-7
Sal 21
Filp 2, 6-11
Mc 14, 1-15, 47
La liturgia de hoy es luminosa, pero exige de nosotros la correspondencia para anidarnos en algún rincón del Evangelio para desde allí a poder meditar en la Pasión entera.
Y nos dice el sacerdote que él quiere ver la Pasión de este años, desde el corazón de San José. El Papa Francisco, nos propuso para este año, el ejemplo y la intercesión de San José y por eso debemos tenerlo muy especialmente presente en este año.
El Evangelio, nos habla de Dios Padre y para ello emplea el único adjetivo que recordamos en el Credo, habla del Todopoderoso.
Jesús, ante su Pasión tiene delante la imagen de su Padre Dios, el que confesamos en el Credo, el Todopoderoso, y lo tiene bien presente porque ha venido a agradarle, a obedecerle, a complacer a su Padre, con esa obediencia que Adán no supo darle. Y seguramente que el ejemplo más profundo que tuvo Jesucristo en su vida terrena, fue el ejemplo de José.
Nosotros hemos hecho esta Peregrinación en la fe de la mano de Abraham, Jesús la ha hecho de la mano de José. La última imagen en la vida histórica de Jesús, es en el Templo, cuando se pierde y al tercer día lo encuentran en el Templo escuchando y preguntando a los doctores de la Ley y cuando María preocupada le pregunta, El le dice, “no sabías que tenía que ocuparme de las cosas de mi Padre, hay un Evangelio paralelo cuando le dicen a Jesús las mujeres, …”dichosos los pechos que te amamantaron, y El responde, “no dichoso el que cumple la Voluntad de mi Padre”. El se refiere a la Paternidad en el Cielo que es Dios Padre.
Este José que vivió siempre en obediencia a Dios, va a impulsar a Jesús, a enseñarlo y motivarlo para cumplir la Voluntad de su Padre.
El evangelio de San Juan, no tiene la Oración de Getsemaní, pero tiene una oración hermosísima, “Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! “Padre, glorifica tu Nombre” Jn 12, 27-28
La vida de San José y el Padre, se entremezclan en la vida de Jesús porque no podía haber existido contradicción entre la paternidad Divina y la paternidad humana; y esta no contradicción entre la paternidad Divina y la paternidad humana, es la obediencia de José y Jesús está glorificando a José su padre, en su obediencia como hombre verdadero.
Pidamos hoy a San José que nos ayude con su humildad y obediencia, a ser obedientes a Dios Padre, a ser obedientes con Dios Cristo con amor, docilidad, alegría; a ser justos como él y a dar a Dios lo que es de Dios y a los hombres, lo que es de los hombres.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.