?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ecle 35, 15-17. 20-22
- Sal 33
- 2 Tim 4, 6-8. 16-18
- Lc 18, 9-14
En cada Eucaristía, reavivamos la conciencia de que todo lo que recibimos es gracia de Dios, que como nos dice el padre Yepes en el audio, mi único mérito es su Misericordia, por eso nuestra actitud ha de ser siempre humilde, reconociendo en nuestra vida el amor de Dios que no pide que el sustento de nuestra misión en este mundo sea aumentar la fe, la esperanza y la caridad.
Recordemos como nos dice la primera lectura que ‘…quien sirve a Dios con todo el corazón es oído y su plegaria llega hasta el cielo…” Y es que Dios no es indiferente ante nuestra necesidad de su presencia, esto lo afirmamos en el Salmo. El siempre nos anima a confiar en su fidelidad y perseverar en la fe, para que al final podamos decir como San Pablo: “…He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora solo espero la corona merecida…”
Continuando con la formación sobre la Eucaristia, específicamente acerca del Credo; en nuestro recorrido por Catecismo de la Iglesia Católica hoy meditamos del 369-380. Hombre y mujer los creó.
Dios creó al hombre y a la mujer con una dignidad que nunca se pierde, que viene inmediatamente de Dios su creador. El hombre y la mujer son, con su misma dignidad, imagen de Dios.
Esta igualdad, en el reconocimiento de nuestra dignidad humana, hace posible el crecimiento común y personal de todos. Es decir, solo al reconocernos dignos y amados es que podremos realmente perseguir el bien común que anhelamos. Entonces, para favorecer un igual desarrollo social, es necesario: apoyar a los últimos, asegurar efectivamente las condiciones de igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer y garantizar una igualdad objetiva ante la ley, entre las diversas clases sociales. Solo por mencionar algunos primeros pasos. Alcanzar una igualdad benéfica para todos, será posible bajo el reconocimiento de
nuestra dignidad humana.
Misma que debe ser custodiada y promovida, de forma comunitaria, por toda la humanidad. Si consiguiéramos una auténtica fraternidad universal, podríamos luchar contra las condiciones de gravísima disparidad y desigualdad, que de forma directa o indirecta, empobrecen a todos.
El sacramento de la Eucaristía tiene gran influjo en la vida moral del hombre nuevo. En él se logra la unión más íntima con Jesucristo y este sacramento es la mayor fuente de gracias que recibe el cristiano. Por ello, hay que aprovechar todas estas gracias, viviendo conscientemente la participación en el banquete, con un gran deseo de corresponder a este don de Dios.
Mes de octubre
Lee y estudia la Biblia
/Planifica leer la Biblia en un Año, pero léela en la profundidad del amor, no para juzgar ni para condenar. La Palabra de Dios alimenta los sueños y esperanzas, es el motor de tu alegría y ayuda a avivar la compasión.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.