https://youtu.be/w1QSuFXxRhE?si=mX4EPUqVxKs9VRQe
- Is 40, 25-31
- Sal 102
- Mt 11, 28-30
¡Venid a mí!, es el llamado que nos hace el Señor hoy en la liturgia. Es adviento tiempo de esperanza y contamos con sus brazo siempre dispuestos a acogernos para “dar vigor al abatido y al que no tiene fuerzas energía.”
El tiempo de Adviento, a la luz de la encarnación de Jesús, es un tiempo para redimensionar nuestro ser imagen de Dios. Uno de los problemas de nuestros días, es el tener una idea equivocada de Dios. El mundo nos ha tratado de convencer de que tenemos un “diocesito”, un Dios que no puede salvar, que no interviene en nuestra historia, un Dios de domingo.
El profeta Isaías le recuerda al pueblo que la realidad es totalmente otra. Nuestro Dios es el Dios que creó el cielo y la tierra, el Dios que tiene poder para actuar en todas las áreas de nuestra vida. Es, en definitiva, el Dios que salva, el Dios que ama tanto a sus creaturas que ha enviado a su Hijo único para que todo aquel que crea en él tenga vida, la tenga en abundancia y viva eternamente con él.
Nuestro Señor nos sostiene en nuestro caminar, nos ilumina con la luz del Espíritu, nos anima con su Palabra, pues quiere construir la historia con nosotros y que ésta sea una verdadera historia de salvación. Aprovecha este tiempo para que Dios sea verdaderamente Dios en tu vida porque para el creyente sigue existiendo una luz, tenue si se quiere, pero luz al fin y al cabo, en medio de este mundo que aparece ahogado por las tinieblas del mal. Para esto vivimos el Adviento, para tomar plena conciencia de esta realidad que, por ser de fe, no es menos cierta. Jesús nos ofrece descansar de estas vivencias, solo necesitamos acudir a Él y someternos a su yugo, es decir a su señorío para encontrar lo que de verdad anhelamos.
En las lecturas de este miércoles de la segunda semana se vislumbra esta luz. “El (Dios) da fuerza al cansado, acrecienta el vigor…porque los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas” Y sí, vemos en esta lectura del profeta Isaías una de las claves interpretativas, “los que esperan”, aparece la esperanza como luz tenue que ilumina nuestro vivir.
Sería bueno que meditemos en cuánto se descansa cuando se acerca Jesús a nuestra vida. No importa cuántas cargas llevemos en nuestras espaldas, ni lo duras que sean, porque él las acoge todas: «¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor… no se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia» -dice Isaías-.
«Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón». Nos dice el evangelio; a veces el protagonismo nos puede y nos llena de ansiedad. Es mejor ser conscientes de hasta donde podemos llegar y punto. Dios nos da la fuerza necesaria, solo necesita que reconozcamos nuestra fragilidad y pongamos solo en El nuestra confianza y seguridad: «Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera». Es verdad, por Amor todo es más fácil. Cuando las cosas se hacen por amor (a Dios y de Dios) y por un amor sincero al hermano, no hay trabajo pesado, ni horas… Las horas se pasan más rápido y el trabajo se hace más liviano.
¿Cómo no voy a ser cristiano? Necesito a Cristo desesperadamente porque necesito descansar de tanta inoportunidad y desaliento existente en mi vida. Necesito que me rodee una atmósfera respirable de cariño y respeto. Y, sobre todo, necesito cargarme de Su Amor -como el buey lleva su yugo para el trabajo en el arado- para correr más deprisa, para dar más fruto, y para hacer que muchos descansen por mí. Yo soy testigo de que la palabra de Isaias se vuelve a cumplir… «los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas,… marchan sin fatigarse».
En la oración colecta de este día se dice: “No permitas que desfallezcamos en nuestra debilidad los que esperamos la llegada saludable del que viene a sacarnos de todos nuestros males” y no, Dios no permite que desfallezcamos y por eso El mismo se nos ofrece como descanso.
Terminó con este texto del Papa Francisco: “Queridos hermanos y hermanas, también para nosotros hay momentos de cansancio y desilusión. Recordemos entonces estas palabras del Señor, que nos dan tanto consuelo y nos ayudan a entender si estamos poniendo nuestras fuerzas al servicio del bien. Efectivamente, a veces nuestro cansancio está causado por haber depositado nuestra confianza en cosas que no son lo esencial, porque nos hemos alejado de lo que vale realmente en la vida. Que el Señor nos enseñe a no tener miedo de seguirle, para que la esperanza que ponemos en Él no sea defraudada. Estamos llamados a aprender de Él qué significa vivir de misericordia para ser instrumentos de misericordia. Vivir de misericordia para ser instrumentos de misericordia: vivir de misericordia es sentirse necesitado de la misericordia de Jesús, y cuando nosotros nos sentimos necesitados de perdón, de consolación, aprendemos a ser misericordiosos con los demás. Tener la mirada fija en el Hijo de Dios nos hace entender cuánto camino debemos recorrer aún; pero al mismo tiempo nos infunde la alegría de saber que estamos caminando con Él y que no estamos nunca solos. Ánimo, entonces, ¡ánimo! No nos dejemos quitar la alegría de ser discípulos del Señor. «Pero, padre, yo soy pecador, ¿qué puedo hacer?» – «déjate mirar por el Señor, abre tu corazón, siente en ti su mirada, su misericordia, y tu corazón será colmado de alegría, de la alegría del perdón, si tú te acercas a pedir el perdón». No nos dejemos robar la esperanza de vivir esta vida junto a Él y con la fuerza de su consuelo.”
El mundo seguirá llorando, continuaremos siendo débiles y el agobio nos rodeará, pero ahora tenemos Alguien a quien acudir: “Venid a mí” la invitación está hecha, sólo hace falta acogerla. Si así lo hacemos podremos decir junto con el salmista: “Bendice, alma mía, al Señor”
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=13-12-2023
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2016/documents/papa-francesco_20160914_udienza-generale.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/12/13/bendice-alma-mia-al-senor-2/
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2023
““Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús” (Primera Carta a los Tesalonicenses, 5, 16-18) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.