hoy queridos lectores quiero hablarles sobre la Nochebuena.
En la víspera de Navidad, caminaban juntos María y José en su viaje hacia Belén, en donde José debía empadronarse.
La situación de María no era la mejor para hacer un viaje tan largo y pesado desde el norte de Palestina, pero ella había comprendido lo importante que es la familia y aquellas palabras de la escritura: “A donde tú vayas yo iré, donde tú estés yo estaré; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”. El lugar en donde tuvieron que pasar la noche y donde Jesús viene al mundo, no fue para nada el que José hubiera querido ni para su esposa ni para Jesús, sin embargo, lo importante es que estaban juntos y se amaban.
Que nuestra celebración de esta noche, tenga estas mismas características, al margen de lo que cenaremos o de los regalos que compartiremos. Lo fundamental es que estaremos en familia, que nos diremos cuánto nos amamos y que juntos continuaremos construyendo la felicidad de nuestra familia. Nochebuena, noche para valorar y fortalecer el amor de nuestra familia.
En esta noche Santa, hermanos, la luz que fulgura en Belén es el signo de nuestra esperanza, no nos desanimemos ante las pruebas de nuestra esperanza, esperemos contra toda esperanza, aferrémonos a esa plenitud de los tiempos, vivamos ese ideal de Dios que tiene que realizarse. La Navidad es un mensaje de optimismo que yo quisiera clavar muy adentro en el corazón de cada cristiano para que esta noche marcara, como la palabra divina nos lo está haciendo, una noche que marque el principio de un reino de Dios que se espera con seguridad.
Nos invita el Papa Francisco en la misa de este día a que “en esta noche de amor nos invada un único temor: herir el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia”…
Mis pensamientos, nos dice el Pontífice, estarán en los pobres, siempre. Como Jesús, que nació pobre: ese día María era una mujer de la calle, porque no tenía un lugar adecuado para dar a luz. Y luego pienso en todos los olvidados, los abandonados, los últimos y, en particular, los niños abusados y esclavizados. Me hace llorar y enojarme al escuchar las historias de niños y adultos vulnerables que son explotados. Y luego, pienso en los niños enfermos que pasarán la Navidad en el hospital, no hay palabras, solo podemos aferrarnos a la fe, a Dios, y preguntarle: ¿Por qué?”.
También el sumo pontífice hizo un llamado reflexivo a los padres que tienen a sus hijos fuera de los hospitales: “no olviden lo afortunados que son…abrazadlos con fuerza y pasen más tiempo”.
Que bonito sería que el espíritu de Nochebuena y Navidad nos acompañara cada mes, que decidiéramos tener un nuevo nacimiento con celebraciones de logros y nuevas metas, que nos regaláramos cositas y que le diéramos al otro más de todo lo que somos, que nos invitáramos a ser amor durante cada mes y no contenernos todo el año, para solo demostrarnos a nosotros mismos lo que el amor y los regalos pueden hacer en nosotros e incluso en esos seres que llegan apagaditos a las fiestas navideñas.
Hoy, la Nochebuena, es día de la familia. Feliz Nochebuena a cada uno de ustedes que me han acompañado en este recorrido hacia Belén. Mañana es Navidad. Disfrutémoslo plenamente en compañía de la Sagrada Familia y con quiénes amamos.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.