Autor: Rosa Otárola Duran

La liturgia cuaresmal nos sigue invitando a la conversión, hoy con el salmista nos ofrece su camino de salvación y nos insta a seguirlo fielmente, como lo hizo Levi cuando aceptó su llamado.

Hoy el Señor, a través de la Liturgia, nos da la clave para practicar el ayuno que nos llevará a escucharle cuando le clamemos, decirnos:  ¡Aquí Estoy!

Hoy la liturgia nos presenta dos opciones de vida y Dios nos propone de nuevo en esta Cuaresma hacer la elección.

Hoy iniciamos la Cuaresma con la imposición de la Ceniza que nos recuerda la fragilidad de la vida y la esperanza de la plenitud. La liturgia nos invita a centrar nuestra atención en lo esencial.

La liturgia nos invitan a afrontar desde una postura de conversión el tiempo de la Cuaresma que mañana iniciamos.

Hoy la liturgia nos invita a que busquemos en todo momento al Señor, no porque nos de señales, sino porque nuestra alma  está sedienta de El, de su compañía y misericordia. 

Hoy la liturgia nos invita a ser imitadores de Cristo y acoger a aquellos leprosos espirituales.

Hoy la liturgia  nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la Asistencia Divina.

Hoy la liturgia nos confronta con nuestra facilidad de olvidar las promesas del Señor, sobre todo cuando estamos en pecado, nuestra sordera espiritual y la incapacidad de comunicarnos.