Escuchar la llamada de Dios es sentir como nos toca el corazón como nos transforma, como le da sentido a nuestras vidas y nos invita a levantarnos.
Autor: Rosa Otárola Duran
Liturgia 8 de marzo 2019. El ayuno que yo quiero de ti es este, dice el Señor
El ayuno consiste en cumplir lo que Dios quiere, no nuestra voluntad. Vivir la fidelidad a Dios. No necesitas penitencia si Dios está contigo, llenando tu vida. Si la necesitas si te alejas de Dios, si deja de ser el centro de tu vida.
Liturgia del 7 de marzo 2019. Si alguno quiere seguirme, tome su cruz de cada dia
Mira hoy te pongo delante de ti la vida y el bien, o la muerte y el mal
Liturgia del 6 de marzo 2019. Miércoles de Ceniza. Inicio de la Cuaresma
Vivir la Cuaresma nos debe llevar a un cambio profundo, sabiendo que somos polvo, renovar nuestra manera de pensar, de actuar y de vivir para así recibir la Pascua con un corazón y un espíritu nuevo a imagen de Jesucristo.
Liturgia 5 de marzo 2019. ¿Realmente lo hemos dejado todo.
Pidamos al Señor nos conceda la gracia de vivir en constante práctica de la fe en tu Señorío para que nuestra entrega nazca de un corazón puro, libre de todo miramiento humano.
Liturgia del 4 de marzo 2019. Dejar a Dios ser Dios.
Añoramos a Dios, pero vivimos apegados a la criatura no al creador. Eso nos asemeja al joven rico y no a nuestra Madre la Virgen quien tenía claro quién era su Señor y dijo libremente “hágase”, en cambio el joven rico se fue apesadumbrado y entristecido.
Que quieres ser helecho o bambú?
“La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante”
Liturgia del 3 de marzo. Que tu Iglesia se regocije al poder servirte.
La madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a la participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas» (SC, 14).
Liturgia del 2 de marzo 2019. Confio Señor en tu Misericordia.
Aprendamos a ser administradores de los bienes que el Señor ha puesto en nuestras manos.
Especialmente velemos por la inocencia de los niños y al igual que ellos, cultivemos cada día más el alma de niños que El insufló en nosotros.