Jesús no está en la tumba, él es el Resucitado, el Viviente, el que siempre renueva su cuerpo que es la Iglesia y lo hace andar atrayéndolo hacia Él.
Autor: Rosa Otárola Duran
La Caridad en la Espiritualidad de María
Para caminar hacia la imitación de la Virgen María, debemos seguir un método que nos permitirá ir paso a paso profundizando cada vez más en el conocimiento de Dios
Liturgia del 22 de abril 2019. ¡Alegraos!
La alegría se comparte para todos, es una experiencia que contagia, por eso el destinatario es el mundo en su totalidad, sin miedos, sin prejuicios, viviendo y compartiendo todo desde la humildad que requiere el amor que se dona con esperanza
Liturgia del 21 de abril 2019. ¡Celebremos con alegría.Resucitó. Está Vivo!
Celebremos con júbilo este día de fiesta, porque Cristo el Cordero pascual, ha sido inmolado. El es el cordero sin pecado que ha salvado a sus ovejas.
Liturgia del 20 de abril 2019. ¿Por qué buscan entre los muertos al que ha resucitado?
María, en cambio, no fue al sepulcro porque había acogido la palabra de Dios en su corazón
Tú, ¿por qué buscas entre los muertos al que vive, tú que te encierras en ti mismo después de un fracaso y tú que no tienes ya la fuerza para rezar?
Liturgia del 19 de abril 2019. ¡Crucifícalo!
Hoy contemplamos la entrega de Jesus que, obedeciendo la voluntad de su Padre, dona su vida para librarnos del pecado y del mal. Y nos dice: Lo hice por ti. Lo hice todo por ti.
Conoce el Significado del Viacrucis, devoción católica.
El Viacrucis, es una devoción muy rica y muy ventajosa para el cristiano, porque le ayuda a representarse en la imaginación y en la memoria los pasos sucesivos de Jesús, sus sufrimientos y sus sentimientos.
Liturgia Jueves 18 de abril 2019. ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?
El Señor nos muestra su Amor humillándoles hasta la condición de esclavo y nos índice: “Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan…”
Liturgia 17 de abril 2019. ¿Acaso soy yo Maestro?
Pensemos tanto en el dolor de Jesús, y digámonos a nosotros mismos: “¡y ésto es por mí!” Aunque yo hubiera sido la única persona en el mundo, Él lo habría hecho. ¡Lo ha hecho por mí! Y besemos el Crucifijo y digamos: “por mí, gracias Jesús, por mí”…