Hola mis queridos lectores, como le prometí a un querido amigo desde la partida de mi esposo a la presencia de Dios, hoy les comento mi proceso en este sétimo mes.
Para iniciar les comento que en este mes particularmente, me he alarmado de como el tiempo pasa y aunque a veces, uno quiera como decirle dame un chancecito para ubicarme, no lo hace. Creo que esto lo experimentamos muchos de las personas que estamos en duelo. Uno quisiera algunas veces que los acontecimientos se den más lentamente, pero cuando nos damos cuenta pasa un día y otro, una semana le sigue inexorablemente a la otra y así los meses.
Pues sí, hoy hace 7 meses mi esposo está gozando de la Vida Eterna y aunque sería ingrata al quejarme, sí quiero contarles al entrar en proceso de duelo, la vida le da un giro total a uno y como dice Rudyard Kipling, en este pensamiento que leí en las redes sociales, uno se va dando cuenta que en a vida, “ hubo mil cosas que no elegí, que me llegaron de pronto y transformaron mi vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba, caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron, una vida que no esperaba.”
Y como me decía mi psicólogo, te das cuenta que no sabes cómo vivir esta nueva vida, te das cuenta que en muchas cosas actuabas por costumbre y el camino, ahora no sabes cómo transitarlo y hay que recomenzar y ya no estás tan joven y llena de vida.
Sin embargo, para gran bendición de los que somos creyentes tenemos a un Dios que siempre está pendiente de hasta del último cabello nuestro y en su Misericordia nos llama, como le dijo a Nicodemo a renacer de nuevo (Juan 3:7). De hecho, Jesús dijo: “Quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Y esta esperanza nos da fuerza para, en medio del duelo, saber que quien nos antecedió, ha nacido de nuevo y está en el Reino de Dios y eso cambia, como les he dicho en otras reflexiones la perspectiva de nuestra vida. No podemos pretender que nuestros seres queridos estén siempre aquí. Todos estamos de paso y más pronto uno, más tarde los otros, todos estamos llamados a la Vida Eterna que es el premio prometido.
Pues bien, un día de estos conversando con una amiga le comentaba que yo ahora, vivo la más linda de las relaciones con mi esposo; una relación totalmente cristalina, él ahora sabe realmente todo de mí, me comunico con él de una manera extraordinaria, no hay malos entendidos, ni discusiones, ni ninguno de los contratiempos qué hay comúnmente en las relaciones conyugales; no tengo que preocuparme cómo está su humor, o el mío, tampoco si está cansado o simplemente no quiere salir, siempre va conmigo donde yo vaya; sea lo que sea que esté pasando, siempre está conmigo, me apoya, me aconseja y se comunica conmigo en mis pensamientos.
Entonces aunque esta vida de viuda, es diferente y como todo proceso cuesta al principio y hasta, a veces, inconscientemente nos resistimos al cambio, sigo estando convencida que Dios todo lo hace bien. Y entonces, como dice Randall Urbina en su libro, Mi Voz en la Noche.
Solo creo.
Solo creo, no comprendo.
Solo creo, no cuestiono.
Solo creo, no espero.
Solo creo, no busco.
Solo creo, no renuncio.
Solo creo, no reclamo.
Solo creo, no tomo.
Su Presencia está conmigo; solo eso sé, y es lo mejor que puedo saber; todo estará bien.
Gracias por seguirme y trataré de comunicarles más en el próximo mes. Mientras tanto pido a Dios que les siga bendiciendo.
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.