Buenos días mis queridos lectores. Hoy quiero primero agradecer a todos los que me han expresado sus comentarios con respecto a este modo en que he estado compartiendo con ustedes este Setenario.
Todo esto nació, les recuerdo, como sugerencia de un buen amigo que después de una conversación con él en que le exprese mi modo de ver a la hermana muerte, como nuestra compañera de vida, me dijo publíquelo como el recuerdo que se acostumbra a dar en esta ocasión, lo que me pareció maravilloso.
También quisiera, debido a que varios me lo han preguntado; son totalmente libres de publicarlo a quién quieran, pues con esto pretendo catequizar a aquellas personas que, como yo antes de mi formación en este tema, le tienen miedo a la muerte.
Bien, pasaré ahora a comentarles acerca de lo que el Señor me inspiró, para dar gracias por este quinto encuentro de mi esposo con la hermana muerte. Primero decirles que en esta ocasión ya estábamos casados y teníamos a nuestros cuatro maravillosos hijos.
Resulta que me operan de un quiste en un pecho y mi esposo comienza con problemas estomacales, va al médico creyendo que era colitis, y los doctores le mandan exámenes pues sospechan de una hepatitis, pues ya se estaba poniendo amarillo.
Me llama mi gran amigo y en ese momento el Ángel que Dios envIó a nuestra familia, para preguntarme cómo estoy, le comento lo de mi esposo, e inmediatamente me dice que mejor se vaya a hacer un ultrasonido, y ahí comienza el proceso, hasta que descubren que lo que tiene no es colitis, ni hepatitis, es un cáncer de páncreas.
Ese fue el primer momento en que nos despedimos y aunque siempre positivos poniendo nuestro espíritu en el cielo pero lo pies en la tierra, llegó a nuestra familia la visita de la hermana muerte.
Lo operan y los médicos nos dicen que no hay esperanza de vida para él, el cáncer se encontraba en las venas mesentéricas y no lo pueden tocar, le ponen unas grapas de titanio para irradiar y darle calidad de vida en los meses que le quedan de vida. Todo esto sucede en la época de navidad. Lo trajimos a la casa un 26 de diciembre, con 0.1% de probabilidades de salir adelante, tan delgado que cuando lo saqué a asolear, se lo llevaba el viento.
En enero lo llevamos hacer un ultrasonido especifico para que orientara a los profesionales de la salud en dónde radiar. El doctor que le hizo este examen buscó por todo lado y no encontró en su cuerpo nada más que las grapas de titanio.
Nuevamente Dios en su infinita misericordia, habla con la hermana muerte y le da la orden de no acompañarlo todavía, pues aún le falta peregrinar.
Deseo aprovechar este mensaje para compartirles mi pensamiento, con respecto a un tema que, por lo menos en mi experiencia personal y lo que he estudiado acerca de este tema, creo firmemente. Muchas personas me han dicho es que cuando toca toca…
Por ello quiero transcribirles un artículo que me encontré y por lo menos para mí complementa mi manera de pensar con respecto a esto.
“¿Está fijada la fecha de mi muerte?
La respuesta que da la Biblia
No, el día de nuestra muerte no está predeterminado. La Biblia no enseña que nuestro destino esté escrito. Más bien, nos dice que la muerte es a menudo el resultado del “suceso imprevisto”, o la casualidad (Eclesiastés 9:11).
¿Acaso no dice la Biblia que hay un “tiempo para morir”?
Es cierto que la Biblia indica en Eclesiastés 3:2 que hay “un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar” (Nueva Versión Internacional). Pero si leemos todo el capítulo 3 de Eclesiastés, vemos que allí se está hablando de los diversos ciclos de la vida (Eclesiastés 3:1-8). Dios no fija el momento en que debemos morir, así como tampoco obliga a un campesino a plantar en un día concreto. Lo que destaca este pasaje de la Biblia es que no debemos estar tan absortos en las cosas del día a día que nos olvidemos de nuestro Creador (Eclesiastés 3:11; 12:1, 13).
¿Se puede alargar la vida?
Aunque no sabemos con seguridad lo que ocurrirá mañana, si tomamos buenas decisiones podemos aumentar las probabilidades de vivir más tiempo. La Biblia dice: “La ley del sabio es fuente de vida, para apartar a uno de los lazos de la muerte” (Proverbios 13:14). Así mismo, Moisés dijo a los israelitas que podían vivir más años si obedecían los mandamientos de Dios (Deuteronomio 6:2). Por otro lado, si hiciéramos cosas malas o insensatas, también podríamos acortar nuestra vida sin querer (Eclesiastés 7:17).
Ahora bien, sin importar lo cuidadosos o sensatos que seamos, hoy la muerte es inevitable (Romanos 5:12). Pero la Biblia promete que esto no siempre será así, pues llegará el día en que “la muerte no será más” (Revelación [Apocalipsis] 21:4).
https://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/preguntas/fecha-de-muerte/
Es mi creencia de fe que Dios nos invita a su Encuentro y Él espera nuestra respuesta. Este 27 de octubre, cuando nuevamente tuvimos que despedirnos de mi esposo, le expresé mi manera de pensar: a partir de ahora vas a entrar en un proceso de diálogo personal y profundo con Dios, Él te va a llamar a su Encuentro, si le decís que sí te llevará a recibir el mejor regalo que viene preparando para vos desde que te pensó; si le decís que no, Él que te ama profundamente y por eso te respeta, le va a decir a la hermana muerte que se aparte, aunque ya terminó tu peregrinar, ya estás listo (el me lo dijo ese día), pero entonces vas a sufrir sin necesidad, por eso te pido que le digas que sí, pero es tu decisión personal la que define tu futuro.
Por ese sí de Nando que lo liberó de las cadenas de sufrimientos, enfermedades, de todos los lazos que lo ataban y le permitió estar hoy gozoso en la iglesia Triunfante, dimos gracias en este Eucaristía.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.