Cristo es la única razón para vivir y para morir. Y Cristo es aquel que nos permite llegar a una plenitud tal que podamos afrontar la muerte sin miedo.
Y hoy meditamos también que el buen cristiano sale, está siempre en salida: está en salida de sí mismo, está en salida hacia Dios, en la oración, en la adoración; está en salida hacia los otros para llevar el mensaje de salvación.