?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Jer 17,5-8
- Sal 1
- 1 Cor 15,12. 16-20
- Lc 7, 17. 20-26
El que ha de venir vendrá sin tardanzas, y ya no tenemos nada que temer porque El es nuestro Sal valor, nos dice la Antifona de hoy, Heb 10,37
La liturgia nos presenta dos textos de anunciación, ambos de padres justos que caminan según los mandatos del Señor, ambos padres estériles y en ambos casos el anuncio se da a través de una Ángel enviado por Dios, lo que hará más patente la actuación salvífica de Dios.
La primera lectura, nos narra acerca del nacimiento de un personaje, que tendrá una misión importante en la historia del pueblo de Israel, Sansón, el último juez. Sansón será denominado por el mensajero de Dios, nazir de Dios “desde el seno materno hasta el día de su muerte”. El nazir era un consagrado al Señor para cuya visibilización habría de cumplir una serie de preceptos como no cortar su cabello o no beber alcohol (Nm 6,1). Este juez de Israel será un personaje controvertido, y en ocasiones, no muy ejemplarizante. Por un lado, gran héroe caracterizado por su excepcional fuerza y por sus numerosas aventuras con las mujeres; por otro, bendecido por Dios y agitado por el espíritu del Señor para llevar a cabo la misión de librar a su pueblo del peor de sus enemigos, los filisteos. En estos libros históricos de la Biblia se nos va mezclando la grandeza de la Palabra de Dios, con las miserias y bajezas del ser humano, algo muy propio de la encarnación de la Palabra.
El Papa Francisco, al comentarnos el evangelio de hoy, nos dice: …”La Iglesia nos muestra este símbolo de la esterilidad, justo antes del nacimiento de Jesús, a través de una mujer incapaz de tener un hijo.
Este es el signo de una humanidad incapaz de dar un paso más: tantas mujeres estériles eran viejas, sus vientres ya no eran fértiles. Y la Iglesia quiere que reflexionemos sobre esta humanidad estéril, sobre la humanidad que había llegado a un punto en el que ya no podía seguir adelante.
Estas mujeres estériles reciben un milagro, reciben la gracia del Señor y son capaces de concebir. De la esterilidad, el Señor es capaz de reabrir un nuevo linaje, una nueva vida: este es el mensaje de hoy.
Por eso, cuando la humanidad se agota, ya no puede seguir adelante, la gracia viene y el Hijo viene y la salvación viene. Y así, esa creación agotada deja paso a la nueva creación, y así podemos llamarla una recreación.
Así, es precisamente esta segunda creación cuando la tierra se agota, y el mensaje de hoy: esperamos al maestro, capaz de recrear todas las cosas, de hacerlas nuevas. Y por eso esperamos la novedad de Dios.
Esto, después de todo, es Navidad: “La novedad de Dios que rehace la creación, todas las cosas, de una manera más maravillosa”.
Es curioso que, tanto en el de la esposa de Manoa como en el de Isabel, para explicar cómo DIOS lo hará, cómo se hará, se hable del Espíritu Santo: “el Espíritu del Señor lo conmovió”. Y esta recreación sólo es posible con el Espíritu de Dios.
¿Cuál es entonces el mensaje?: Abrámonos al Espíritu de Dios. No podemos hacerlo solos. Es Él quien es capaz de hacer las cosas nuevas.”
Terminemos esa meditación diciendo con el Salmo: “Señor tu eres mi esperanza, en ti confío; dire a todos que solo tu eres justo.
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p data-removefontsize=”true” data-originalcomputedfontsize=”17″>Que mi boca no deje de alabarte.
Mes de diciembre
Servir, servir y servir
/Mantén vivo siempre en tus pensamientos la idea de que eres un servidor de los demás. Sirviendo a los demás con amor y alegría consolidas y aumentas la virtud de la Humildad. Recuerda que Dios “miró la pequeñez de su esclava” y “enaltece a los humildes de corazón”
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Notas:
La Palabra de Vida de este mes Mt 24, 42: “Velen, pues, porque no saben qué día vendrá su Señor”, nos invita a vivir el momento presente para apresurar el Reino de Dios y su designio de fraternidad, o sea ahora, no cuando encuentre tiempo en una agenda llena de compromisos. Cada pequeño gesto, cada sonrisa que damos, transforma nuestra existencia en una continua y fecunda espera.