Una vez acabada la liturgia de la Palabra entramos en la liturgia Eucarística. Como sabemos bien, ambas –liturgia de la Palabra y de la Eucaristía–“están estrechamente unidas entre sí y forman un único acto de culto”[2]. De ahí que la oblatio donorum o presentación de las ofrendas, primer gesto que el sacerdote, representando a Cristo…

Oración para el evangelio del 6 de marzo 2020. Mt 5, 20-26
Jesús, cada día despierto sonriente al saber que me tienes contado entre los tuyos. Tú tienes preparado lo mejor para mí, aún en medio de mis problemas. Te entrego mi mente y corazón, muévelos de tal forma que solo busque tomar acciones reconciliatorias con todos aquellos a quienes he ofendido. Continúa manifestando tu amor en…

Liturgia del 6 de marzo 2020. De ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.
Dios siempre está dispuesto a tener abierta la puerta de su corazón, de su amor y de su perdón, a cualquier persona. La amorosa de Dios, nos invita a trabajar las relaciones fundadas en el amor, la misericordia, la paciencia, el perdón y la justicia; sin embargo, uno elegimos personalmente el camino a seguir y nuestra postura ante Dios.

Liturgia del 5 de marzo 2020. Oración Confiada
Hoy meditamos sobre la Oración, esta debe buscar, pedir y llamar: buscar con confianza,, pedir con fe y llamar con la certeza de que se nos abrirá la puerta; y por otro lado, no menos importante, creer que Dios es nuestro Papa Bueno que nos dona al Espíritu Santo y nos proporciona a Jesus como compañero de camino.

Oración para el evangelio del 4 de marzo 2020. Lc 11,29-32
Señor, me presento ante Ti arrepentido de toda palabra malsana que ha salido de mis labios y de todo mal pensamiento que ha cosechado mi alma. Mis malas acciones han sido impresas sobre tu cruz, una cruz en donde se encuentra mi salvación y a la que continuamente le fallo. Perdón Señor. En aquellos tiempos,…

Liturgia del 4 de marzo 2020. El signo que Jesús promete es su perdón a través de su muerte y de su resurrección.
El signo que Jesús promete es su perdón a través de su muerte y de su resurrección. El signo que Jesús promete es su misericordia, la que ya pedía Dios desde hace tiempo: “misericordia quiero, y no sacrificios”.
Así que el verdadero signo de Jonás es aquél que nos da la confianza de estar salvados por la sangre de Cristo.