Mi Señor, te doy gracias al despertar y celebro con gozo la dicha de haberte encontrado, pues tu presencia ha llenado de estabilidad y seguridad mi vida. En cada nuevo amanecer me brindas posibilidades infinitas de alcanzar mis sueños si me dejo guiar por la fuerza y el poderío de tus Palabras.
Lléname de tu fuerza para que en mi vida abunde la esperanza. Ayúdame a liberarme de todas las heridas de mi pasado. Llévate esos miedos de mí que evitan que yo pueda seguir avanzando con paso firme. Ayúdame a confiar en Ti, porque cuando lo hago siento que puedo caminar sobre las aguas violentas de la oscuridad, de la enfermedad o sufrimiento.
Pongo todo en tus manos, la barca de mi vida es tuya. Toma el timón de mi corazón. Tú eres mi Dios, mi seguridad, por quien me declaro en victoria. No quiero valerme de mis propias fuerzas, porque al hacerlo dejo de recibir tu apoyo y podría hundirme al mínimo destello de inseguridad.
Contigo, hasta el fin del mundo. Dame fe, esperanza y valentía para enfrentar toda tempestad y toda fuerza oscura que parece dominar al mundo. Sé que, si Tú me acompañas, tus gracias y bendiciones me harán caminar con firmeza hacia tu Patria celestial. Amén.
Propósito para hoy.
Durante el día de hoy, tener breves momentos de oración para decir: “Señor, yo creo. Ayúdame en mi incredulidad”. Recurre a la oración en momentos de crisis.
Frase de reflexión.
“Aprendamos a llamar a las personas por su nombre, como el Señor hace con nosotros, y a renunciar a los adjetivos.”. (Papa Francisco, 24.9.2019)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.