Mi Dios, gracias por la vida y el amor, por las bendiciones que has derramado sobre mí que me han ayudado a crecer en generosidad abriendo mi corazón.
Necesito de las armas que me has dejado: ayuno, oración y penitencia para que mi espíritu se haga fuerte y no caiga en las oscuras trampas del mundo.
Ha llegado el momento del practicar el poder del ayuno y retomar mi vida de oración. Tu fuerza espiritual presente en cada Eucaristía me ayudará en este camino.
Quiero vigilar mi alma a tiempo y destiempo, porque para el enemigo malo, todo momento es propicio para verme caer y desviarme de tu Reino de vida.
Oh mi Señor, protégeme de toda maldad que me aseche. Que tu Espíritu me acompañe en mis luchas y no me deje rendir en el momento de la prueba
Toma el control de mi vida. Te entrego cada uno de mis sueños. Haz que mi corazón se serene y mis pensamientos se equilibren entre la fe y la razón.
Ven, amado de mi alma, dulce huésped celestial, dame la valentía y la fuerza para salir victorioso de los embates del mundo que buscan ensimismarme.
Dame un corazón nuevo, generoso y abierto a la compasión para que pueda colaborar en tu proyecto de redención y ser dadivoso en retribución. Amén
Propósito de hoy.
Haré el sacrificio de este ayuno por amor a Jesús, y lo que ahorre este día en comida lo donaré en ofrendas a la Iglesia o a otras obras de caridad.
Frase de reflexión.
“Oremos, ayunemos y hagamos obras de misericordia en este tiempo de gracia, a fin de que el Señor encuentre nuestros corazones preparados para colmarlos con la victoria de su amor“. Papa Francisco.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.