“Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?” “Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No deja que tu pie dé un paso en falso, no duerme tu guardián; jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel. El Señor es tu guardián y tu sombra, el Señor está a tu diestra. Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna de noche. Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma. El te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre. Sal 121, 1-8
Padre bueno, en esta mañana te suplico me permitas orar, dame la ayuda de tu santo Espíritu oh Señor para orar como conviene.
Padre mío, te doy gracias por crear al hombre con sueños y esperanzas. Te doy gracias porque aunque no todos los sueños y las esperanzas son cumplidas como lo deseamos muchas veces, Tú tienes cuidado de aquellos que confían en Tí.
Ayúdanos a poner toda nuestra confianza en tu mano providente, en tu mano protectora y poder tener la certeza de que al levantar los ojos a Ti hoy, ante estas inclemencias que nos azotan y preguntarnos “¿de dónde ha de venir mi ayuda?” (Sal 122) Y al no encontrar respuestas en la mano de los hombres, con fe nos respondemos como lo hizo el salmista: “Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.”
Gracias por tus cuidados providentes y protectores. Padre gracias porque ésta es una buena noticia: “No permitirá que tu pie resbale”. Gracias Señor porque podemos vivir seguros y confiados en tus multiples misericordias.
Gracias Dios porque siempre pones de manifiesto tus cuidados protectores a favor de aquellos que son amados incondicionalmente por Ti. Tú oh Dios Amado nos cuidas. y nos has dado tu Espíritu santo. Padre gracias por tus cuidados, por el hecho de saber que Tú oh Dios eres “sombra protectora”, por tu promesa que nos dice: “De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. ” Bendita promesa tu promesa oh Dios. “El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche” Oh Dios Amado que maravilloso es habitar bajo la sombra de un Dios omnipotente.
Gracias porque nuestra confianza no esta puesta ni el día ni en la noche ni en ninguna circunstancia sino en tu palabra fiel y poderosa. Alabado seas oh Dios. Alabado seas. Benditos seas Padre mío porque para siempre es tu misericordia. Bendito seas porque para siempre es tu fidelidad. Bendito seas porque tus promesas son firmes y eternas. Gracias oh Señor por Jesucristo. Gracias por tu Amado Espíritu. Gracias por tu palabra. Gracias oh Dios por esta oración de fe y de confianza.
Hoy te consagramos nuestra mente, nuestros ojos, nuestros oídos, manos y pies para que todo lo que piense, vea, oiga y haga sea para honra y gloria Tuya.
Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.