Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Buenos días amado Padre en esta mañana que oramos con el Salmo 24, te pedimos, enséñanos a ser tus mensajeros, danos tu gracia para poder llegar a los corazones de nuestros familiares, amigos y conocidos y que, de un modo sencillo, podamos dejar en ellos el deseo de buscarte.
“El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.”
Si Señor, envía tu Santo Espíritu para que mueva nuestros corazones y que nos haga conscientes de la profunda necesidad que nuestra alma tiene de ti. Padre del cielo y de la tierra, nuestro Papá, nuestro Señor y Soberano, te damos gracias porque hasta el día de hoy tú nos has guardado, guiado y librado.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía a los que lo temen, y les da a conocer su alianza.
Te pedimos perdón por nuestros pecados de pensamiento, palabra obra y omisión, porque una y otra vez caemos en la tentación. Sana nuestro corazón herido para que te amemos más y mejor..
Te alabamos con corazones llenos de esperanza mientras continúa nuestra peregrinación. Porque el día de Navidad se acerca con su mensaje de esperanza que de algún modo te honremos sólo a ti, pese a todo obstáculo y confusión.
Señor, Dios nuestro, con tu ayuda nosotros podemos mirar hacia el futuro, y así una y otra vez dar un pequeño paso adelante y vivir para alabar y honrar tu nombre; bendito seas, gracias por el don de la vida, gracias por la familia, el trabajo y el pan de cada día. Gracias por nuestro país y nuestra Iglesia. Que el Espíritu Santo este con nosotros hoy y siempre, bendícenos, bendice nuestra familia, y a nuestros gobernantes, Bendice y protege al Papa Francisco. Te rogamos tu intercesión por quienes nos han encomendado oremos por su salud física, espiritual y emocional, por quienes no tienen trabajo y por quienes se han alejado de Ti para que renazca en ellos la fe, la confianza y la esperanza y que se abran a tu Misericordia.
Padre del cielo y de la tierra, nuestro Papá, nuestro Señor y Soberano, te damos gracias porque hasta el día de hoy tú nos has guardado, guiado y librado. Quédate con nosotros, Señor, para consolar a los que sufren, para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir en los brazos de tu misericordia a las miles de almas que se presentarán ante Ti.
¡Oh, Buen Pastor!, quédate con tus ovejas, defiéndelas de los peligros que las rodean y las amenazan.
Pero, sobre todo, quédate con los que sufren y con los agonizantes
Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.