Señor, la mejor manera de agradecerte, es ser tan compasivo con los demás como Tú lo fuiste conmigo. Quiero que me moldees según tu Voluntad. Que mi corazón se configure a tu amor. Tú eres el amigo que no cambia, el que no falla, el que abre canales de esperanza y rompes muros de apatías.
Gracias por tu compasión, por defenderme de quienes ponen la ley por encima del bienestar del alma. Gracias Padre bueno porque me hace sentir amado. Líbrame del egoísmo, pues he pecado siendo indiferente a las necesidades del otro, anteponiendo una justicia terrenal antes que tu compasión.
Tú siempre me has tratado con grandeza de corazón, ¿no debería yo hacer lo mismo con los demás? Hazme vivir el gozo de ayudar y servirte de apoyo. Mi Señor, tus promesas me consuelan. Por eso, no quiero encerrarme en mis propios planes y no interesarme en los que tienen hambre y sed de Ti.
Toca mi corazón, llénalo de tu fuerza, sánalo, libéralo del miedo y de las asperezas que no permiten ser el auxilio misericordioso de mis hermanos. Cuento con tu poder que me impulsa a servir con amor. Jamás quiera mi mente y alma separarse de la alegría que proviene de tu sacratísimo corazón. Amén.
Propósito para hoy.
Revisar mi plan de vida para asegurar que la caridad y el servicio a los demás, por amor a Dios, sean las metas a alcanzar.
Frase de reflexión.
“Virgen del Carmen, madre nuestra, ayúdanos a tener manos inocentes y corazón puro, a no mentir ni hablar en detrimento del prójimo. Así podremos subir al monte del Señor y obtener su bendición, su justicia, su salvación”. (Papa Francisco, 16.07.2020)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.