Tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno. Heb 4
Bendito Padre omnipotente, te agradecemos por este nuevo día, ya que con el nacer del sol, tenemos la ocasión de estar más cerca de ti, de ser mejores servidores tuyos de lo que fuimos ayer.
Bendito seas Jesús Hijo de Dios y nuestro Sumo Sacerdote que, como nos dice el texto de Hebreos, se compadece de nuestra debilidades, por eso te pedimos que sanes nuestra vida, nos limpies de todo pecado para que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el ejemplo de tus enseñanzas.
Concédenos brindar una palabra de aliento al que está afligido, ofrecer palabras de ánimo al que está triste o a aquel que ha perdido la esperanza y la Fe. Que nuestros pensamientos siempre sean amables, positivos y llenos de esperanza porque en ellos siempre estás Tú. Permítenos hoy que podamos tender una mano a aquel que esté necesitado, y olvidándonos un poco de nosotros, pensar un poco más en nuestro prójimo, porque dando es como se recibe.
Te alabamos y ten bendecimos por todo lo que nos das, por el don de la vida, por nuestra familia, el pan de cada dia, por nuestro país y por nuestra Iglesia. Gracias por la Creación, obra de tus Manos realizada por Amor a nosotros. Te alabamos, Señor, porque eres bueno, y Tu gran amor perdura para siempre. Bendito seas, Señor, Dios, desde siempre y para siempre.
Tuyos son Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y Tú estás por encima de todo. De ti proceden la riqueza y el honor; Tú lo gobiernas todo. En Tus manos están la fuerza y el poder, y eres Tú quien engrandece y fortalece a todos.
Por eso, Dios nuestro, te damos gracias, y a Tu glorioso nombre tributamos alabanzas. Tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.
Durante este día regálanos un poco de tu infinita sabiduría para saber cómo actuar ante las situaciones y las adversidades e interceder por aquellos que nos han solicitado oremos por salud física, espiritual y emocional, por aquellos que necesitan de un trabajo, o están pasando una situación difícil. Invocamos la luz del Espíritu Santo sobre nuestros gobernantes para que velen por las necesidades de los más necesitados. Llena con tus dones a la Iglesia, muy especialmente al Papa Francisco.
Jesús, José y Maria acompáñanos. En sus Manos depositamos nuestra vida.
Amen.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.