En esta mañana te alabamos y bendecimos a Ti, Dios Padre, Rey Celestial, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. A Ti, Señor Jesucristo, Hijo del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. A Ti Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procedes del Padre y del Hijo, que con el Padre y Hijo recibes una misma adoración y gloria.
Te suplicamos, Dios Uno y Trino, que nos ayudes a recordar siempre que no importa cuán oscura sea la noche. Tú eres la luz de nuestra vida, Tu nunca te apagas y siempre nos darás un nuevo amanecer como el que acabamos de experimentar, lleno de paz, tranquilidad, silencio y armonía.
Gracias Señor, por cada momento de nuestra vida, por cada sueño que nos das y por cada bendición que nos entregas. Gracias por nuestra familia y por la gente que nos rodea. Gracias por nuestro país y por nuestra Iglesia.
Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? Lc 18, 8
Señor, tu que sabes como vivimos, lo que nos preocupa, lo que sentimos y pensamos, lo que nos hace falta y lo que deseamos. Tu que sabes cuando lloramos y reímos; danos la fe para confiar en ti más allá de estas circunstancias y la fortaleza para alejarnos de todo mal y que tu gracia domine nuestros corazones y tu amor llegue a nosotros como realización gloriosa de tu promesa, ‘No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; Pues yo te sostengo de tu mano derecha; yo, el Señor tu Dios. Y te digo: No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte.” Isaías 41: 10,13. Y así, tengamos comunión unos con otros para alabarte y adorarte sólo a ti, entonces seremos un pueblo que pertenece a ti, recibiendo tu ayuda.
Oramos para que nos sigas bendiciendo con tu Palabra y danos la gracia para una y otra vez guardar tu Palabra en nuestra mente y nuestros corazones y ser transformados por ella y llega a conocer cómo ser tus hijos en hechos y en verdad. Que siempre se nos de fuerza de corazón cuando una gran pena nos llegue. Deja que tu voluntad sea revelada en todas partes. Permítenos dar conocer a todos que eres tú quien reina, quien nos ayuda y quien estará con nosotros siempre. siempre. Padre celestial, porque tu haz grabado nuestros nombres, deseamos estar contigo. No deseamos nada más que ser tus hijos en este mundo, y que tú cuando venga el Hijo del hombre encuentre fe en la tierra y nos guíe hacia la eternidad. Amén.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.