Amado Señor, entre todas las riquezas que Tú me regalas, está tu perdón y tu amor. Gracias por ser manso y humilde de corazón y enseñarme a amar.
Dame de tu luz para saber ayudarte mejor. Eres mi ejemplo vivo de amor y reconciliación, de un amor que ha encendido en mí la llama de la vida.
Desde mi pobreza quiero trabajar para Ti, pues desde que me dejé conquistar por Ti, encontré el tesoro escondido de la alegría en mi corazón.
Me invitas a descansar en Ti cuando me sienta cansado, me ofreces alivio al sufrimiento y que te deje todas mis cargas. ¡Cuán grande es tu amor, Señor!
Entregarte todas mis preocupaciones significa que debo desterrar de mi corazón la cizaña del orgullo y la vanidad, reemplazándolas por la caridad.
Eres el amigo que no falla y que está siempre dispuesto a aliviar las penas y el dolor de todo lo que me aflige enseñándome a mirar a través de tus ojos.
Ayúdame a darle importancia a eso que es realmente esencial para mi salvación, haciendo que mi corazón y mi vida vuelva a reverdecer el amor.
Confío en tus promesas, por eso, camino seguro por este mundo sabiendo que soy y seré por siempre, consolado por tu amor y por tu poder. Amén
Propósito para hoy
Esforzarme hoy, con la ayuda de Dios, a superar mi defecto dominante, ese que más me cuesta controlar y el que más me lleva a hacer el mal que no debo.
Frase de reflexión
“¿Son grandes tus pecados? Di al Señor: Perdóname, ayúdame a levantarme de nuevo, convierte mi corazón”. Papa Francisco.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.