Necesitamos participar en la Euaristía; es el tema que hemos venido desarrollando ya hace dos días, en los que nos hemos planteado y reflexionado acerca de: ¿por qué debo ir a misa?; ¿a Cuál grupo pertenecemos?…
Hoy dedicaremos esta tercera reflexión a la pregunta ¿Cuáles son los motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa? Te sugiero ir meditando en cada una de las excusas que ponemos….
1. Pereza.
“Prefiero quedarme durmiendo”. En realidad los motivos que siguen son solo excusas para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o valioso.
2. No tengo ganas/No lo siento.
¿Es que tus ganas son más importantes que la voluntad de Dios? El cristianismo no es cuestión de sentimientos. Es cuestión de valores. Yo no voy a misa porque sienta algo. Puede ser que sí, que yo sienta y me emocione. Pero la necesidad de ir a misa no depende de lo que yo sienta, sino del valor de la misa. Porque el cristianismo es cuestión de valores. Lo mismo que una madre puede ser que no tenga ganas de atender al niño enfermo. Pero si su hijo es un valor para ella, la madre se desvive por el niño, y lo atiende con gusto, aunque no tenga ganas; porque el hijo es un valor. Cuando obramos por valores, los valores son superiores a los sentimientos.
Además a Misa no vas porque a ti te guste; Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarte a ti. Y si te cuesta… ¿acaso Dios no merece ese sacrificio que incluso hace más valioso y meritorio el acto?
3. Me aburro.
La acusación más frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante superficialidad, en cuanto que a Misa no vamos a divertirnos. Y es un problema personal, en cuanto que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección absoluta-. Además, quién ha dicho que la misa sea una diversión. Cuando se trata de una diversión, si me gusta, voy; y si no me gusta, no voy. Porque se trata de divertirme. Al que no le gustan los toros, no va a los toros. No hay ninguna obligación de ir a los toros. Al que no le gusta el fútbol, no va al fútbol. No tiene ninguna obligación de ir al fútbol. Cuando se trata de divertirme, yo voy si me gusta, y no voy si no me gusta. Pero cuando se trata de una obligación, no se trata de que me divierta o me deje de divertir. Se trata de que es una obligación que tengo que cumplir. Me divierta o no me divierta Hay muchas cosas que las tenemos que hacer porque son obligatorias
Yo voy a clase, no porque me divierta ir a clase, sino porque tengo obligación de ir a clase. Yo voy a trabajar, no porque me divierta trabajar, sino porque tengo obligación de trabajar. Porque si sólo voy a clase cuando tenga ganas: me suspenden. Si sólo voy a trabajar cuando tenga ganas: no cobro. Lo que es obligatorio no depende de las ganas. No depende de que me divierta. No depende de que me apetezca. Depende de que es obligatorio. Y tengo que hacer lo que es obligatorio, tenga ganas o no tenga ganas porque somos miembros del pueblo de Dios. Debemos unirnos al pueblo de Dios para dar culto a Dios. Y el acto oficial de culto comunitario a Dios es la misa. Es el acto donde todos nos reunimos. Todo el pueblo de Dios se reúne para, colectivamente, comunitariamente, dar culto a Dios. La misa es el acto oficial colectivo de culto a Dios.
Además si tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los días, será que algo le ven que a ti se te escapa. La solución será descubrir qué tiene la Misa para que los cristianos la consideren tan importante.
4. Es siempre lo mismo.
Si se tratara de una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de acuerdo contigo. Pero no es una representación teatral. Es algo vivo, que pasa ahora. No eres (al menos no deberías ser) un espectador. Eres partícipe. Imagináte que alguien dejara de asistir a un asado porque en los asados siempre pasa lo mismo… (perdón a la Santa Misa por la comparación).
En la doctrina de Trento se precisa que el sacrificio de la misa no es solamente un sacrificio de alabanza y de acción de gracias, o mera conmemoración del sacrificio cumplido en la cruz, sino verdadero sacrificio propiciatorio que puede ser ofrecido por los vivos y los difuntos, por los pecados, penas, satisfacciones y otras necesidades (Cf., Canon 3). La misa, pues, es un sacrificio de alabanza y acción de gracias, sacrificio de impetración y sacrificio de expiación.
La Eucaristía ocupa en lugar especialísimo dentro de los siete sacramentos, pues en ella no sólo se nos confiere la gracia sino que se hace presente el mismo autor de la Gracia, Jesucristo, quien nos comunica su acto redentor para nuestra salvación en el hoy de nuestra historia.
Junto al pan y al vino, presentamos nuestra vida al Señor para que la transformación de los dones en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sea motivo por el cual en nuestras vidas se acreciente la confianza en Dios.
5. Desinterés.
Las cosas de Dios no me interesan. Si Dios te da igual, tienes un grave problema. Habrá que ver cómo solucionar la falta de apetencia de lo divino que te hace no apto para el cielo.
San Pablo estaba convencido de que, debido a la Eucaristía, nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos han sido tan profundamente transformadas… La Eucaristía no es un deber moral; es primero y ante todo una transformación realizada por Cristo. Nuestra dignidad consiste en ser llamados a la comunión en Cristo y en responder con nuestras vidas a esa llamada.
6. No tengo tiempo.
No parece que lo que te pide Dios -1 de las 168 horas de la semana- sea una pretensión excesiva. En concreto, quien te creó, te mantiene en el ser y te da lo que te queda de vida -y solo Él sabe de cuánto se trata- se merece el 0,59% del tiempo que Él te da. Si no tienes tiempo para Dios, ¿para quién lo vas a tener?
7. Otros planes mejores.
No parece que a Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine… No te olvides que el primer mandamiento es “amar a Dios sobre todas las cosas”. Si tienes otros planes que te importan más que Dios, quizá el problema más que en el tercer mandamiento está antes en el primero.
8. Tengo dudas de fe.
Es que a mí la misa no me dice nada, yo no le veo sentido a la misa.» Bien. Esto es lógico que lo diga una persona que no tenga cultura religiosa. No sabe lo que es una misa. Por eso no sabe apreciar lo que es una misa. Para saber apreciar un museo, hace falta tener cultura artística. El que no tiene esta cultura, llega a un museo y se aburre soberanamente; porque no sabe apreciar lo que valen los cuadros o las esculturas de un museo. Pero una joya no pierde valor.
La fe es un don de Dios,el cual hay que pedirla. Alejarte de Dios dejando de ir a Misa, no parece el mejor método para resolver dudas de la fe e incrementarla. La frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más efectiva manera de aumentar la fe.
9. Estoy enfadado con Dios.
“Hubo algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy doloroso, una enfermedad o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con Dios: si Él me hace esto… ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera de mostrarle a Dios mi disconformidad con la forma de tratarme”. Hay quienes dejan de ir a Misa como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los momentos de dolor ¿no será mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más que reaccionar como un chiquito caprichoso de tres años? Él sabe mas… Además, acusar de maltratarnos a quien más nos quiere y murió por nosotros… ¿no será demasiado? ¿No seré yo el que pierdo alejándome de Dios?
10. “Hay gente que va y después se porta mal”.
“Yo no quiero ser como ellos”, decís seguro de ti mismo. “Además, hay otros que no van, y son buenos”. Es evidente que ir a Misa solo, no basta. Pero, no se puede mezclar la física nuclear con el dulce de leche, ya que las dos cosas no tienen nada que ver. En aquellos que van y después no son honestos, lo que es malo es ser deshonestos, no el hecho de ir a Misa, que sigue siendo algo bueno aunque ellos después se porten mal. Además, la causa de su supuesta deshonestidad no es el ir a Misa. Lo mismo se puede decir de los “buenos” que no van a Misa: su “bondad” no procede de su falta de Misa y tan “buenos” no serán si les falta una dimensión tan importante de bondad como la bondad misma, es decir Dios. Por otro lado, yo creo que nadie en el mundo se atrevería a decir que los que no van a Misa son mejores que los que van. Finalmente, esto no es un concurso de bondad, ni comparaciones, sino tratar de determinar cuán bueno es ir a Misa. Y claramente, el dejar la Misa no mejora a nadie, en todo caso lo empeora.
11. No me he confesado y entonces no puedo comulgar.
No es necesario comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. Además el problema se solucionaría bastante fácilmente con una breve confesión…
12. Llevarle la contraria a mis padres.
Ofender a Dios para hacer sufrir a tus padres no parece una actitud muy inteligente.
13. El cura me cae mal.
Por mal que te caiga el cura, no vas a Misa para darle el gusto, ni para hacerle un favor. Él no gana ni pierde nada con tu asistencia o ausencia. El que gana o pierde, eres tú: tu amor a Dios. Además… estoy seguro de que la ciudad en que vives es lo suficientemente grande como para que puedas encontrar alguno que te caiga más simpático…
Y lo lógico es que vayas a misa voluntariamente, aunque no tengas ganas. A veces las ganas no coinciden con la voluntad. Yo puedo ir de buena voluntad a misa. Quizás no tenga ganas, pero voy de buena voluntad; porque sé que es una cosa buena que debo hacer. Lo mismo que a veces no te apetece ir al dentista, pero vas voluntariamente al dentista. Necesitas ir al dentista, comprendes que debes ir al dentista, y vas al dentista. Y no vas de buena gana; pero vas voluntariamente; porque vas a hacer una cosa que crees que tienes que hacer. Lo mismo: a lo mejor no tengo ganas de ir a misa, pero voy voluntariamente. Voy a gusto, aunque no tenga ganas, pero sé que es una cosa que debo hacer.
Ahora, lo lógico, es ir a misa de buena gana, porque cuando uno va a mostrar su amor al Padre, lo lógico es que lo haga de buena gana. Si yo voy a misa, es para manifestar a Dios que le quiero. Y cuando un hijo da una muestra de amor a su padre, lo lógico, es que lo haga de buena gana.
Mañana para terminar con este tema estaremos meditando sobre la cuarta pregunta: ¿Cómo conseguir estar bien a gusto en Misa?. Les espero.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.