Tener amigos y vivir una amistad genuina es uno de los deseos más notables de todo ser humano. Sin embargo, no basta querer “tener” buenos amigos, pues también es necesario “ser” buen amigo. Uno tiene que educarse, saber controlar la lengua, conquistar valores que agraden la amistad y entender que el ser humano es falible, así, hay que ser paciente con las fallas ajenas.
Una amistad verdadera es una amistad para toda una vida y por ello es muy importante valorar cuáles son aquellas amistades que vale la pena que permanezcan a nuestro lado. Aprender a distinguir un buen amigo de un compañero puede ser difícil en muchas ocasiones, pero para conocer si una amistad es verdadera céntrate en que los valores de amistad que hemos definido antes estén presentes. ¿Y tú, eres un buen amigo?
Seguramente, la amistad más positiva que una persona puede tener es con Jesucristo, pues de muchas maneras Él ha mostrado su sinceridad y su intención transparente de colaborar con nuestra liberación, sanación y madurez.
El Señor en el texto del evangelista San Juan 15, 14, aclara que nosotros seremos sus amigos si hacemos lo que Él nos manda y lo dice esto no como prepotencia, sino como deseo de alimentar nuestra amistad, pues Él sabe cómo las vanidades del mundo y los delirios del corazón humano hacen daños en una relación.
Y lo que Él nos manda y orienta está en sus palabras y ejemplos y nosotros hemos de corresponder con actitudes leales a su lealtad. Término importante: ¡corresponder!
Asimismo, hemos de cultivar esta amistad con el diálogo, que significa mucha oración y momentos de meditación; hemos de poner empeño para encontrarlo en la Eucaristía y nuestra participación en la misa dominical debe tener sentido de fiesta, pues compartimos con nuestro mejor amigo.
Ser amigo de Jesús es el punto principal de la espiritualidad cristiana y cuanto más conversamos con Él, más nos da a conocer todo lo que Él ha oído del Padre. Así, comprendemos de modo más adecuado los cambios y desafíos de nuestra vida y nos sentimos más responsables en la creación de una sociedad más justa, donde existan más amigos y menos falsedad.
Bien dice Eclo 6, 14-17: “Un amigo fiel es una protección segura; el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio; su valor no se mide con dinero. Un amigo fiel protege como un talismán; el que honra a Dios lo encontrará…”
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia