Hoy que recordamos a San Felipe, meditaremos en la frase en el evangelio de San Juan 14, 8-10: “Felipe le dijo: “Señor muéstranos al Padre y eso nos basta”
Hay momentos en la vida, en que cada una de nosotras, quisiera que lo que Felipe le pide a Jesús, fuera posible. Por supuesto, que sabemos que Dios no tiene forma física. Aun así, hay momentos en que Dios parece estar tan lejano, tan intocable, que quisiéramos seriamente poder verlo.
Nos encantaría mirar a Dios y poder escuchar su voz audible en nuestros oídos. En esos momentos, creemos, que si pudiéramos ver y escuchar a Dios, entonces nos sería más fácil vivir para Él, en este mundo.
Cuando Felipe le hace esta pregunta, Jesús le contesta, “Hace ya tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y tú, Felipe, no me has conocido? En vez de concederle su deseo, o de tratar de explicarle a Felipe el por qué su deseo no era buena idea, ¡o hasta era imposible! Jesús comienza a enseñarles, lo que realmente significa ver a Dios… ¡Y cómo verlo!
Jesús comienza enseñándoles las limitaciones de esta clase de vista. Lo que Felipe le estaba diciendo era, “¡Señor, nosotros conoceríamos a Dios si solo pudiéramos verlo!”
Y básicamente Jesús le responde: “Que extraño, Felipe. Yo he estado contigo tres años. Tú me has visto todo este tiempo, y sin embargo, ¿no me conoces? ¿Por qué piensas que si vieras a Dios, eso te ayudaría a conocerlo?
Obviamente, la clase de vista a la cual Felipe se estaba refiriendo, no nos lleva al conocimiento de nadie. Entonces ¿de que vista nos está hablando? Jesús se refería… que la vista que percibe a Él”, percibe a Dios Lo importante no es ver, es percibir.
El diccionario nos da el significado de la palabra “percibir.” Es comprender, es sentir, es captar mentalmente, es tomar conciencia, y discernir.
Teniendo en cuenta, que si ver físicamente es lo importante, entonces podríamos sentirnos privadas, impedidas, o hasta estafadas porque no solo no podemos ver a Dios, sino que tampoco podemos ver a Jesús, que fue el privilegio que Felipe tuvo.
Por otro lado, si percibir es la verdadera vista, entonces no estamos privadas de nada, porque nosotras podemos percibir a Jesús, y cuando lo percibimos, podemos ver y percibir a Dios.
Nosotras podemos conocerlo de la misma forma que Sus discípulos lo conocieron,leyendo y meditando en la Palabra de Dios, orando y observando como obra Dios, a través de nuestras propias circunstancias, y también a través de otros creyentes
“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos territorios sino en tener nuevos ojos.” Marcel Proust
Hoy nos encontramos con muchos líderes que se encuentran frustrados o desalentados porque sienten que no están creciendo, que no avanzan en su trabajo o negocio, tampoco en sus vidas.
Jesús hoy comienza a enseñarles, y a muchos como Felipe, Jesús les dice hoy “Hace ya tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y tú, Felipe, no me has conocido? Jn 14, 9
Esto porque muchos de estos líderes confunden el aprendizaje con saber o con tener conocimiento. El aprendizaje nos habla de adquirir conocimientos desde la comprensión, entonces si no comprenden no conocen…y la realidad, es que aprender es cambiar y todo aprendizaje lleva implícito un cambio y los cambios requieren un precio que no están dispuestos a pagar.
Cuando aprendemos estamos dejando la zona de confort para ir a una zona de expansión. Eso es lo que sucede con muchos que no están aprendiendo: “nos encanta estar en la zona cómoda”.
La clave para poder aprender se llama como lo reflexionamos en percibir, para ello necesitamos ejercitarnos en la observación, . ¿Qué estás observando en tu mundo? ¿Cuántas veces creíste que lo que veías era como tú lo veías? ¿Cuántas veces has pensado que eres poseedor de la “verdad”?
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia