Jesús se refiere a El con funciones de una persona, convence, consuela, enseña, ayuda, lo sabe todo.
Las Escrituras revelan que el Espíritu Santo se describe como se le describiría a una persona. Ciertas formas de ser se llevan a cabo hacia el Espíritu. El podría afligirse. El pecado de un creyente entristece al Espíritu Santo. También hay una ilustración de El afligido, en el caso del pecado de Israel y la rebelión contra Dios registrada en Isaías 63:10.
En Romanos 15:30, el amor se atribuye al Espíritu Santo. “Ahora les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntos conmigo en tus oraciones a Dios por mí.”
Muy claramente, a partir de este pasaje, el Espíritu Santo posee la emoción del amor. Con demasiada frecuencia no logramos reconocerlo como una persona que tiene emociones reales. Tenemos una tendencia a ver lo sagrado. A menudo reconocemos el amor del Padre o el amor de Cristo, pero no ve que el Espíritu Santo demuestra el atributo amor.
Además en Efesios 4:30 dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”, otra versión dice: “no entristezcan“, ¿se puede entristecer a una fuerza? -No, no se puede entristecer a una fuerza. Una fuerza desaparece, una fuerza actúa, empuja, pero no se entristece. Además una fuerza cesa, pero jamás se entristece. Una fuerza se apaga, no se entristece.
Santiago 4:5 habla de que el Espíritu Santo es celoso, es celoso cuando te ve a tí compartiendo con el mundo.
Aunque es posible que no queramos admitirlo, somos en gran medida una sociedad impulsada por las emociones. Incluso el deseo de una lógica analítica pura podría considerarse una emoción.
Entonces tiene sentido que el Espíritu Santo no sólo se conozca como el Consolador sino también el mejor Maestro. Puede enviar una mano gentil en momentos de necesidad o un suave susurro de tranquilidad cuando nos preguntamos si estamos tomando la decisión correcta. También puede enseñarnos verdades a través de las palabras de las Escrituras o un articulo y hasta por una persona o acontecimiento.
“El Espíritu Santo, afirma el Papa Francisco; nos transforma y nos hace experimentar la alegría de sabernos amados y habitados por Dios. Es la experiencia que vivieron los discípulos de Jesús, y que nos relata el Evangelio. Y es también la experiencia que vivieron tantos orantes, hombres y mujeres que el Espíritu Santo formó a la medida del Corazón de Cristo”
Experimentamos muchas venidas del Espíritu Santo durante nuestra vida. Las más fuertes son cuando recibimos los sacramentos. Por medio de cada sacramento el “artífice de nuestra santificación”, el Espíritu Santo, va acabando su gran obra en nosotros, nuestra transformación en Cristo.
Además de estas venidas sacramentales del Espíritu Santo, hay otras que son menos espectaculares, pero no por eso pierden importancia: su influencia sobre nuestra conciencia moral.
Para el alma en estado de gracia, la voz de la conciencia viene a ser la voz del Espíritu Santo, que ante ella se hace portador del querer del Padre celestial.
Nuestra vida debería ser un constante diálogo con el Espíritu Santo. Es imposible vivir la vida cristiana, cumplir con el principio y fundamento… sin esta colaboración con el divino Huésped del alma, el Espíritu Santo.
Oremos: Espíritu Santo, Jesús dijo:”El que recibe la simiente que cae en buena tierra, oye la palabra y la entiende produce una cosecha abundante “(Mateo 13:23). Sé el jardinero de mi vida. Nutre las semillas del cielo que ya has puesto dentro de mí y hazlo crecer para que tu amor, tus caminos y tu reino crezcan siempre dentro de mí y produzcan mucho fruto bueno para los demás. Amén
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
Primera referencia
Segunda referencia
Tercera Referencia