Hoy queridos lectores quisiera comentarlas acerca de la segunda clave para sacarle provecho a la lectura de la Biblia:
Quiero un texto para mi vida hoy… tomaré uno al azar.
¡Seamos sinceras! ¿A quién no le ha pasado que en un momento de tristeza, angustia o desesperanza toma su Biblia y la abre para ver si en la página que le sale hay un mensaje de Dios para el momento que está viviendo? Cerrando los ojos y apuntando a un versículo al azar para comprobar si lo que ahí dice se relaciona con su vida. Confieso que en mis años de adolescencia lo hice muchas veces, en ocasiones me salieron versículos que me alentaron y en otras me que me espantaron, sobre todo cuando salían en el libro de Jueces y de Crónicas.
¿Puedes creer que esta práctica tiene el nombre de bibliomancia? Según el diccionario de la RAE, quiere decir: Forma de adivinación que consiste en abrir un libro por una página al azar e interpretar lo que allí se dice.
La Biblia no fue escrita por Dios para ser usada como un libro mágico al que acudimos para predecir qué nos sucederá o qué pasará en el futuro y mucho menos para tratar de adivinar cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas.
La angustia de saber qué sucederá proviene de un corazón ansioso que no confía en la bondad y en la soberanía de Dios. Cerrar los ojos y apuntar a un versículo al azar para calmar la ansiedad, en realidad es temor disfrazado de fe. Por inocente que se vea, es usar la Biblia como si fuera una bola de cristal o la ouija.
Toda la Escritura (no solo un versículo al azar) es el consejo de Dios, no podrás entender lo que Él quiere comunicarte si lo que buscas es una varita mágica para aclarar tu futuro. Toda la Escritura es útil, para enseñarnos lo que es verdad, para alimentar nuestra fe y para corregirnos cuando estamos equivocadas. Toda la Escritura es útil para revelarnos a Cristo y Su evangelio, en ella podemos encontrar la sabiduría que nos lleva a la salvación y que solo se encuentra a través de la fe en Cristo.
¿Te das cuenta de que necesitamos mucho más que un versículo al azar? Nos estamos perdiendo de mucho si no la estudiamos con seriedad y disciplina, pero hay otros riesgos de practicar la «bibliomancia» con la Biblia:
1.-El riesgo de hacer de la Biblia algo que se trate de ti
Cuando escoges un verso al azar no estás realmente interesada en lo que Dios tiene que decir, lo que buscas es una respuesta rápida que calme tu conciencia. Si vas al primer versículo de Apocalipsis verás de qué se trata todo: «La revelación de Jesucristo». La Biblia se trata de un solo tema: Cristo y al leer donde caiga «la suerte» corres el riesgo de hacer de tu lectura algo que sólo se trate de ti y perder a Cristo en el camino.
2.- El riesgo de malinterpretar lo que la Biblia dice
Alguien dijo que leer un versículo fuera de contexto es simplemente un pretexto, un pretexto para usarlo a tu conveniencia. Como por ejemplo, un joven que está tratando de descubrir si es la voluntad de Dios entrar a una competencia de fisiculturismo y encuentra al azar el versículo de Filipenses 4:13 «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». ¿En serio? Si ese joven leyera el versículo 12, se daría cuenta que Pablo está hablando acerca de la fortaleza que Dios da para permanecer firme por el evangelio ya sea en medio de la abundancia o de la escasez.
Confusión es lo único que obtendremos si no entendemos lo que estamos leyendo; como el famoso cuento del joven que estaba desesperado por saber lo que Dios quería decirle y encuentra en Mateo 27:5 «Judas fue y se ahorcó». Sorprendido, no podía creerlo e intentó por segunda vez y leyó Lucas 10:37«vé, y haz tú lo mismo». Atónito buscó al azar en otro lugar y encontró en Juan 13:27, «Entonces Jesús le dijo: lo que vas a hacer, hazlo más pronto».
Dios nos habla a través de la Iglesia, su palabra es fresca y nueva cada día y no es necesario usarla como si se tratara cartas de Tarot o dados, que dependiendo del azar dicen una cosa u otra. Dios tiene un mensaje para ti hoy, que la Iglesia ha discernido desde hace siglos y que sin duda hasta nuestros tiempos tiene sentido en nuestras vidas. Y nuestra Iglesia cada día promulga la liturgia para el enriquecimiento de los feligreses.
La lectura debe además estar acompañada de la oración, y hecha en comunión con la Iglesia, pidiendo, en caso de necesidad, la ayuda del párroco o de una persona experta.
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.