?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/U3rn4TakwXo
- Ex 14, 21-15, 1
- Ex 15
- Mt 12, 46-50
En este mundo tecnificado, cientista y autosuficiente, es necesario que muchos de los cristianos revaloremos la figura de Dios en nuestra vida. Esto lo digo porque, con facilidad, perdemos de vista que nosotros creemos en el Dios revelado por Cristo, en el Dios todopoderoso que es capaz de abrir el mar en dos para salvar a su pueblo; es el Dios que hace concebir a la Virgen Santísima por obra del Espíritu Santo; es el Dios que para salvarla envía un ángel a José; es el Dios que resucitó a Cristo, en una palabra, el Dios para quien nada, absolutamente nada, es imposible.
Si hemos pedido y no se nos ha concedido, no es porque Dios no lo pueda hacer, o no lo quisiera hacer, sino simplemente porque no nos convenía en ese momento. Los judíos cuando vieron la obra de Dios, nos dice la Escritura que “creyeron en el Señor”. Cada prueba, cada mar Rojo que se presenta ante nosotros, es la oportunidad para que nuestra fe y nuestra confianza en Dios crezcan.
No importa cuán grande sea el mar que se presenta delante de ti, Dios tiene un proyecto maravilloso para que este mar se abra y así llevarte a la salvación. Dios solo te pide, como a los israelitas, que tengas confianza en él y que te pongas a caminar. Entonces verás la gloria y el poder de Dios.
Los egipcios persiguiendo a los israelitas entraron tras ellos en el lecho del mar, pero la mano de Dios siempre estaba a su lado y volvió a cerrar las aguas y el ejército pereció ahogado.
Moisés y los israelitas agradecidos reconocieron la acción del Dios que les liberaba y le cantaron un cántico de alabanza, “Cantaré al Señor, sublime es su victoria”.
Este cántico está lleno de entusiasmo, de palabras vigorosas y terribles. Proclama que Dios es fuerte y ha salvado a su pueblo. El tema central es la muerte de los egipcios en el agua, el enemigo de Israel no ha perecido en el campo de batalla, como los demás hombres, sino hundido en el agua igual que las piedras o el plomo del ancla.
Por otra parte, este pasaje del evangelio (y sus paralelos en Lucas y Marcos) es conocido como “la verdadera familia de Jesús”. Algunas interpretaciones equivocadas buscan ver en este pasaje un rechazo de Jesús hacia María y hacia su familia. La verdad es que Jesús aprovecha la visita de su Madre y de sus parientes para instruir a sus discípulos. Así nos lo explica el Papa Francisco: “Jesús ha formado una nueva familia, que ya no se basa en vínculos naturales, sino en la fe en Él, en su amor que nos acoge y nos une entre nosotros, en el Espíritu Santo. Todos aquellos que acogen la palabra de Jesús son hijos de Dios y hermanos entre ellos. Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos entre nosotros y nos hace ser la familia de Jesús. Hablar mal de los demás, destruir la fama de los demás nos vuelve la familia del diablo. Aquella respuesta de Jesús no es una falta de respeto por su madre y sus familiares. Más bien, para María es el mayor reconocimiento, porque precisamente ella es la perfecta discípula que ha obedecido en todo a la voluntad de Dios. Que nos ayude la Virgen Madre a vivir siempre en comunión con Jesús, reconociendo la obra del Espíritu Santo que actúa en Él y en la Iglesia, regenerando el mundo a una vida nueva”
Vemos entonces que la verdadera familia de Jesús no es únicamente la que lo une por los lazos de sangre, pues éstos se rompen con la muerte e incluso puede haber algunos que, aún teniendo la misma sangre, decidan no seguir la voluntad del Padre. La verdadera familia es la que vive conforme al Evangelio, es la que ha sido adoptada por el Padre como hijos por medio del Espíritu Santo.
Él, como Hijo del Padre, ve que sus hermanos deben de ser también hijos de Dios. Esto de ninguna manera es un desprecio ni para sus parientes y mucho menos para su madre, la cual, si por algo se distinguió en la vida, fue por hacer la voluntad de Dios. De acuerdo a esto, nuestro parentesco con Jesús se refuerza en la medida en que nos aplicamos en hacer la voluntad del Padre, que no es otra que, la de vivir conforme al Evangelio. Recordemos que en otro pasaje ya nos había dicho: “No todo el que me dice: Señor, Señor se salvará, sino el que hace la voluntad del Padre”. Apliquemos, pues, hoy todo nuestro día en vivir de acuerdo al Evangelio.
Palabra de Vida Mes de Julio 2021
“Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado” (Mateo 9, 22) . https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.