?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/x7MvVmS3qEs
- Rom 5, 12. 15.17-21
- Sal 39
- Lc 12, 35-38
En medio de la abundancia de material que nos proporciona esta carta para nuestra reflexión, centremos nuestra atención en el hecho de la potencia de la gracia, no solo para justificarnos y darnos así la gracia para caminar de acuerdo a la Voluntad Dios, sino para sanar las heridas que deja el pecado. San Pablo nos dice en este pasaje que “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” y con ello nos invita a reflexionar sobre el poder sanante del amor de Dios.
Esto es fundamental para nosotros pues, ¿quién puede decir que no ha pecado? Todos, como el mismo san Pablo ya lo dijo, pero ahí donde el pecado lastima nuestra vida interior, la gracia y el amor de Dios se derraman como un bálsamo que alivia y consuela.
Entonces, como nos comenta don Oscar Salazar O.P., San Pablo está llamando a la comunidad de Roma a abandonar el pecado, a vivir conforme al ejemplo de Jesús. La libertad del hombre ya no está condenada al sinsentido, a la fatalidad. “Si hemos de morir, disfrutemos de la vida”. Con Jesús, Dios nos rescata de esa condena y nos otorga otra oportunidad. Él nos muestra un nuevo sentido, otra dimensión para nuestras vidas. Estamos bajo la mirada de Dios, somos hijos amados, invitados a una nueva humanidad. Con Cristo estamos llamados al reino de la gracia, de la salvación y la vida eterna. Esta fe en Jesús nos fortalece para superar la tentación, para no recaer en el pecado. Y así cobra sentido nuestra oración continua, “no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal”. Esta comunión con la gracia divina nos hará crecer en la fe y fortalecerá nuestra esperanza en el amor de Dios.
Hay que estar alerta. Jesús nos sitúa en la perspectiva de su retorno. El Señor volverá y quiere encontrarnos preparados. Aquí, en el fragmento que hoy consideramos el enfoque es positivo. Por eso se señala “bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela”. Y se advierte de que habrá un premio que, además, es sorprendente, porque será el señor quién hará sentar a la mesa a los criados para, él mismo, servirles. Se trata, evidentemente, de una desproporción en la que atisbamos, de alguna manera, el premio del Reino.
La vigilancia a la que invita el Evangelio no conduce a la neurosis. El cristiano no se mueve en la angustia de hacer las cosas porque, en cualquier momento, puede ser sorprendido para rendir cuentas. Más bien, esa invitación a la vela nos llama a considerar de qué manera organizamos nuestra vida.
Velan, pues, siendo fieles a cosas pequeñas y, a partir de ahí mantienen su gran fidelidad a Jesucristo. Su vida está toda organizada para no perder la presencia de Dios y ello realizando las más variadas actividades. Cuidan lo pequeño para custodiar lo grande
Me parece que nuestra vigilancia va por ese camino. Cada cual sabe descubrir y conoce por experiencias dónde, de qué manera y con qué recursos, mantiene la presencia de Dios y conserva esa alegría que siempre reconocemos como un don, porque es mucho mayor de lo que correspondería a lo que nosotros hemos hecho.
“Cada uno de nosotros tiene la propia fecha para el encuentro definitivo, nos explica el Papa Francisco. Dice el Señor: «Dichosos los siervos que el señor al venir encuentre despiertos… Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así ¡dichosos ellos!» (vv. 37-38). Con estas palabras, el Señor nos recuerda que la vida es un camino hacia la eternidad; por eso, estamos llamados a emplear todos los talentos que tenemos, sin olvidar nunca que «no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro» (Hb 13,14). Desde esta perspectiva, cada momento se vuelve precioso, así que debemos vivir y actuar en esta tierra teniendo nostalgia del cielo: los pies en la tierra, caminar en la tierra, trabajar en la tierra, hacer el bien en la tierra, y el corazón nostálgico del cielo”.
Palabra de Vida Mes de Octubre 2021
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.