https://youtu.be/leWp6Y3kxy8
- Sab 1, 1-7
- Sal 138
- Lc 17, 1-6
Este libro de la Sabiduría que hoy iniciamos no se refiere a la sabiduría humana, la cual está relacionada con la inteligencia, sino al conocimiento interior que es producto de la acción de Dios en el corazón.
Por ello el término “Sabiduría”, desde la visión del Nuevo Testamento puede referirse a Jesús como la Palabra de Dios, o bien al Espíritu Santo que instruye nuestros corazones con amor.
“Amen la justicia, ustedes los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo”, nos dice en estos primeros versículos, aunque dirigidos a los que gobiernan, puede aplicarse a todos: “Busquen al Señor”, es decir busquen su Sabiduría. Uno de los grandes problemas por los que pasa actualmente nuestro mundo, es que éste es dirigido no con la Sabiduría de Dios, sino con la torpe inteligencia humana que la mayoría de las veces busca sólo el egoísmo. Sin embargo, el autor nos dice que “la sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado”.
Por eso el Salmista nos invita a rogar al Señor que nos conoce perfectamente que nos conduzca por sus caminos.
Es necesario ser coherentes en nuestro testimonio pues como nos explica el Papa Francisco “”El cristiano incoherente hace mucho daño y la fuerte imagen utilizada por Jesús es muy elocuente. Por eso, la vida de un cristiano está en el camino de la coherencia, pero también hay que enfrentarse a la tentación de no ser coherente y causar tanto escándalo. Y el escándalo mata. Las consecuencias están a la vista. A todos los cristianos les ha pasado que les digan “¡Yo creo en Dios pero no en la Iglesia, porque ustedes los cristianos dicen una cosa y hacen otra!”. Son palabras que todos hemos escuchado: ¡Creo en Dios pero no en ustedes! Y esto ocurre precisamente por la incoherencia de los cristianos”.
Esto cre yo, ocurre pues como nos comenta Miguel Damián, porque si tan solo tuviéramos una pizquita de fe, este mundo sería distinto. ¿Qué duda cabe que nuestra oración constante debe ser pidiendo a Dios la Gracia de concedernos incrementar día a día nuestra fe? Este debe ser el primer ejercicio constante.
Es la fe la que debe movernos a actuar. Ha de ser la fe el “detonante”, el percutor de nuestra acción. ¿Y cuál será nuestra acción? No mover árboles, ni montañas, sino amar. Porque a veces pensamos que las cosas no nos salen por falta de fe, pero lo que pretendemos no es bueno, ni amoroso, ni bien intencionado.
Palabra de Vida Mes de Noviembre 2021
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5, 9) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.