- Os 2, 16.17.b-18. 21-22
- Sal 144
- Mt 9, 18-26
El Señor en la liturgia, continúa hablándonos de la fe. En la primera lectura, Oseas, Aquino quien Dios llamó para advertir en su nombre e un pueblo idólatra y materializado, le pide hablar el lenguaje de Dios, sino también el de un esposo traicionado, que fue su realidad de vida a un pueblo infiel, como lo era el pueblo de Isrrael y a ese Dios misericordioso que se presenta en este texto, como un esposo celoso que ama con todo su corazón a su esposa y que por ello mismo no se da por vencido, y aun cuando ésta se ha desviado del amor, la “llevaré al desierto para seducirla”, para hablarle de nuevo de amor.
Este es nuestro amoroso Dios que, a pesar de todas nuestras infidelidades, de todos nuestros pecados, nos ama hasta el punto de enviarnos a su propio Hijo para que, a través de Él, tengamos vida y la tengamos en abundancia; para que podamos establecer una relación de amor y confianza con el Dios todopoderoso que nos ha desposado y nos tiene preparada una casa maravillosa en la cual pasaremos con Él toda la eternidad.
En la parte central de la narración del evangelio, nos indica el Papa Francisco, el término salvación se repite tres veces. «Con sólo tocar su manto, me salvaré. Jesús se volvió, y al verla le dijo: “¡Ánimo!, hija tu fe te ha salvado”. Y se salvó la mujer desde aquel momento». Este «¡ánimo!, hija» expresa toda la misericordia de Dios por aquella persona. Y por toda persona descartada. Cuántas veces nos sentimos interiormente descartados por nuestros pecados, hemos cometido tantos, hemos cometido tantos… y el Señor nos dice: «¡Ánimo!, ¡ven! Para mí tú no eres un descartado, una descartada. Ánimo hija. Tú eres un hijo, una hija». Y este es el momento de la gracia, es el momento del perdón, es el momento de la inclusión en la vida de Jesús, en la vida de la Iglesia. Es el momento de la misericordia. Hoy, a todos nosotros, pecadores, que somos grandes pecadores o pequeños pecadores, pero todos lo somos, a todos nosotros el Señor nos dice: «¡Ánimo, ven! ya no eres descartado, ya no eres descartada: yo te perdono, yo te abrazo». Así es la misericordia de Dios. Debemos tener valor e ir hacia Él, pedir perdón por nuestros pecados y seguir adelante. Con valor, como hizo esta mujer”
Dios hoy nos sigue anunciando que, de nuevo, va a salir al encuentro de su pueblo. Pero esta vez no lo va a convencer con grandes signos exteriores, sino atrayéndolo interiormente … Dios señala que será llamado “esposo mío”.
Dios nos pide centrarnos cada vez más en su amor. En descubrir que no es Alguien a quien debemos recurrir sólo para que solucione nuestros problemas, sino que espera que le hagamos un sitio en nuestro corazón.
La fe en Jesús hace pasar de la muerte a la vida. Él no rechaza a nadie bajo ningún concepto. A la mujer, un tanto asustada por la reacción de Jesús (“¿Quién me ha tocado?”), siente su mirada comprensiva con esa frase tan consoladora: “Ánimo, hija. Tu fe te ha salvado”. A la hija de Jairo le devuelve la vida, tras proclamar que la “niña no está muerta, sino dormida”.
Jesucristo está siempre disponible para cualquier persona atribulada. Él siempre nos espera y nos acoge, pero nos pide que tengamos fe en su persona.
Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas, nos dice el Salmista.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Biblia Latinoameriana
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2016/documents/papa-francesco_20160831_udienza-generale.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/07/08/el-amor-es-fidelidad/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=08-07-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de julio “ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar” (Salmo 23, 1) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.