?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Iss 11, 1-10
- Sal 71
- Rom 15, 4-9
- Mt 3, 1-12
La liturgia hoy, nos invita a estar en espera con a segunda venida del Señor y con ello nos pone en sintonía con el conocimiento de la salvación que El nos trae. Abramos el corazón porque el Señor quiere hacer renacer en nosotros la vida nueva. Por eso con la Oracion Colecta pidámosle que nos ayude para que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo para quienes van presurosos al encuentro de su Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la Sabrina celestial nos lleve a gozar de su presencia.
Celebramos la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y el Papa Francisco, “alentó a que esta fiesta “nos ayude a hacer de nuestra vida un ‘sí’ a Dios, un ‘sí’ hecho de adoración a Él y de gestos cotidianos de amor y de servicio”…
En la formación sobre el Sacramento de la Eucaristia la semana pasada reflexionábamos en el CC en el Párrafo 2, “Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, hoy quiero enfatizar en los puntos 490-493, para concentrarnos en el marco de la Celebración de este día y lo que profesamos en el Credo: Para ser la Madre del Salvador, María fue “dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante” (LG 56).
La primera afirmación esta tomada de la “Lumen Gencium” – María fue “dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante” .
Es trascendental que caigamos en cuenta de que Dios reparte sus dones en la medida de la misión que nos quiere encomendar. Se refiere a María, pero también se refiere a cualquiera de nosotros.
Para poder ser fiel hace falta la gracia de Dios, pero para merecer la gracia de Dios hay que ser fiel. Gracia y libertad están perfectamente conjugadas, integradas una y la otra.
El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como “llena de gracia” (Lc 1, 28).
La misión que se le encomendaba a María era la misión más importante de toda la historia de la humanidad. A Ella se le ha pedido ¡ACOGER A DIOS QUE VIENE AL MUNDO!, no se le puede encomendar a nadie nada más importante. Solemos admirarnos cuando eligen a personas para un cargo importante –presidente de los EE UU, presidente de la ONU…-, todo eso es una broma comparando con la misión que se le encomienda a María.
Por eso se entiende que María fuera “la llena de GRACIA”, proporcional a lo que se le estaba pidiendo.
Al mismo tiempo Ella ha colaborado “-Para poder ser fiel hace falta la gracia de Dios, pero para merecer la gracia de Dios hay que ser fiel, decíamos anteriormente. Por el Don de Dios ha merecido esa GRACIA, por su FIDELIDAD. –las dos cosas-.
En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida – poseída- por la gracia de Dios.
Es impresionante que se utilice esta expresión: “Estar poseído por la Gracia de Dios”. Generalmente se utiliza esta palabra para lo contrario –“estar poseído por el demonio, por el odio…”-.
Poseída como una pluma dócil por la mano de Dios.
A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María “llena de gracia” por Dios (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:
«… la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda la mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus: DS, 2803).
Cuando hablamos de los privilegios Marianos, no estamos hablando de “beneficio discriminatorio” hacia una persona. Los dones de Dios para María son dones de Dios para el mundo, para cada uno de nosotros. Si Ella es elegida y es predilecta, si ella es privilegiada, es en función de que Ella es sierva, Ella se sabe instrumento de Dios para el mundo. En Ella nos estaba amando a todos nosotros, al darle un don así a la que va a ser Madre nuestra, es en beneficio nuestro totalmente. Digo esto para desactivar esa especie de resistencias interiores en esta sociedad nuestra que suele alardear mucho de sentido igualitario, de igualitarismo, donde la palabra privilegio suena mal. Es curioso que se hable de mucho igualitarismo y luego hay que aguantar mucho cacique.
En el año 2004 –en el ciento cincuenta aniversario del dogma de la Inmaculada Concepción- la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal promulgo un mensaje con este motivo. Las cuestiones principales que se afirmaban en ese mensaje son las siguientes: “Tres aspectos de nuestra fe están subrayados de modo singular en la proclamación de la Inmaculada:
Primero: la estrecha relación que existe entre María y Jesucristo –hay una estrecha relación entre María- Jesús-Iglesia, son tres cosas inseparables-
Segundo: Ver que la plenitud de la obra de la Redención, lo vemos cumplida en María.
Tercero: La absoluta enemistad entre María y el Pecado.
Son los tres subrayados teológicamente que se derivan de la Inmaculada Concepción.
María colaboro a la obra del Salvador por su fe, su esperanza, su ardor, y colaboro para establecer la vida sobrenatural de los hombres. Le podemos llamar Madre en el orden de la gracia. Ella no solo da a luz físicamente, sino que participa con su Hijo plenamente, en la medida que una criatura humana puede participar, de su designio de salvación. “Mi Hijo viene a salvar al mundo, Yo me identifico plenamente con la misión que mi Hijo viene a salvar al
mundo” – eso es lo que nos diría María-.
La identificación entre la Virgen María y la Iglesia es grandísima; en el fondo ¿Qué es la Iglesia?, sino una madre que quiere darnos a luz a Cristo. La Iglesia aprende María a ser madre, en ella tiene su modelo; y también Mari mira a la Iglesia como modelo de su propia vocación.
En tercer lugar, el tercer aspecto teológico que se deriva de la Inmaculada concepción, es la absoluta enemistad entre María y el pecado –“pondré enemistad entre ti y la Mujer”-. No caben pactos entre el pecado y María, en nosotros a veces si “no seamos exagerados…!”, “vamos a ser buenas personas…”.
Tendemos fácilmente a rebajar el ideal evangélico de la llamada a la santidad. María asume totalmente el radicalismo evangélico de su Hijo Jesucristo, “No podéis servir a dos Señores…”; o de Cristo o del mundo; ahí hace falta una opción, y María ya proclama la absoluta enemistad con el pecado. La imagen de María pisando la cabeza de la serpiente es verdaderamente emblemática. Mirar a María, mirar a la Inmaculada Concepción, es para nosotros un acicate para no pactar con el pecado, para no pactar con la mediocridad –que es una gran tentación-. Cada vez que profesamos el Credo nos adherimos como Maria a estos tres aspectos de nuestra fe.
Mes de diciembre
Servir, servir y servir
/Mantén vivo siempre en tus pensamientos la idea de que eres un servidor de los demás. Sirviendo a los demás con amor y alegría consolidas y aumentas la virtud de la Humildad. Recuerda que Dios “miró la pequeñez de su esclava” y “enaltece a los humildes de corazón”
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.