?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/uqOkBwl9dEo
- Col 1, 21-23
- Sal 53
- Lc 6, 1-5
“Dios es mi auxilio” proclama el salmo de este día, un Dios que sale al encuentro de cada uno de sus hijos que se concretiza en el rostro de su Hijo Jesucristo. Ser cristiano no consiste en cumplir una serie de prescripciones y normas, como vivían los fariseos, sino como dice Pablo en la primera lectura, permanecer «cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza de que escuchasteis en el Evangelio
El comentario del texto de la primera lectura que hace Sor María Nora Klew O.P, nos invita a reflexionar, sin duda alguna sobre nuestro ser de creyentes, pues a todos nosotros, llamados a convertirnos cada día al Evangelio, a la Palabra de Jesús, van dirigidas estas palabras: “Vosotros, en otro tiempo, estabais también alejados y erais enemigos por vuestros pensamientos y malas acciones”.
“Ahora en cambio”,hemos sido reconciliadosy admitidos a la Presencia divina, gracias, claro está, a “la muerte de Cristo en su cuerpo de carne”. Sólo Dios, en su infinito amor, sólo Dios que envió a su Hijo, al Verbo encarnado que asumió nuestros pecados y por su pasión y muerte nos reconcilió con el Padre, sólo Él nos abrió el camino de la reconciliación, para que un día vivamos con Él para siempre, siempre, siempre.
Pero hay una condición. Estar vigilantes, para no dejar de “permanecer cimentados y estables en la Fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio recibido”.
Vivir intensa y comprometidamente nuestra condición de católicos en la Santa Iglesia, donde CRISTO es la Cabeza y nosotros, los fieles, somos su Cuerpo. Es necesario conocer su doctrina de Vida, transmitida de generación en generación, por obra del Espíritu Santo.
Sin conocerla y vivirla, ayudados, claro, por la Gracia divina, es imposible estar “cimentados y estables en la Fe, e inamovibles en la Esperanza del Evangelio”. Por Cristo con Él y en Él, sí podremos alcanzar la santidad a la que el Padre nos llama, en esta tierra, y a la vida eterna, sin mancha y sin reproche, en Su Presencia.
Estamos llamados, pues a vivir cimentados en Cristo, vivir descubriendo la presencia de Dios en el concreto de mi día a día. Por ello en el Evangelio, Cristo enseña cuál era el sentido de la institución divina del sábado
Y afirma Fr. Austin Chukwuemeka IHEKWEM, que Dios lo había instituido en bien del hombre, para que pudiera descansar y dedicarse con paz y alegría al culto divino. La interpretación de los fariseos había convertido este día en ocasión de angustia y preocupación a causa de la multitud de prescripciones y prohibiciones.
El sábado había sido hecho no sólo para que el hombre descansara, sino también para que diera gloria a Dios: éste es el auténtico sentido de la expresión «el sábado fue hecho para el hombre» (Mc 2,27).
Además, al declararse “señor del sábado” (cf. Lc 6,5), manifiesta abiertamente que Él es el mismo Dios que dio el precepto al pueblo de Israel, afirmando así su divinidad y su poder universal. Por esta razón, puede establecer otras leyes, igual que Yahvé en el Antiguo Testamento. Jesús bien puede llamarse “señor del sábado”, porque es Dios.
“De todo esto se comprende que Jesús no da importancia simplemente a la observancia disciplinar y a la conducta exterior, nos explica el Papa Francisco. Él va a la raíz de la Ley, apuntando sobre todo a la intención y, por lo tanto, al corazón del hombre, donde tienen origen nuestras acciones buenas y malas. Para tener comportamientos buenos y honestos no bastan las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresiones de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se puede acoger gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos hace capaces de vivir el amor divino.
A la luz de esta enseñanza, cada precepto revela su pleno significado como exigencia de amor, y todos estos preceptos se unifican en el más grande mandamiento: ama a Dios con todo el corazón y ama al prójimo como a ti mismo.”
Pidámosle ayuda a la Virgen para creer y entender que el sábado pertenece a Dios y es un modo —adaptado a la naturaleza humana— de rendir gloria y honor al Todopoderoso y así vivir nuestra espiritualidad cimentados y estables en la Fe, e inamovibles en la Esperanza del Evangelio”. Pues como ha escrito San Juan Pablo II, «el descanso es una cosa “sagrada”» y ocasión para «tomar conciencia de que todo es obra de Dios».
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2021
“El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9, 35) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.