?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Jos 5, 9. 10-12
- Sal 33
- 2 Cor 5, 17-21
- Lc 15, 1-3. 17-31
Hoy la liturgia tiene abundantes lecciones para nuestra vida que nos lleva a meditar sobre la manera admirable en que el Señor puede mostrar su Misericordia con el género humano, invitándonos a seguir por un camino sincero de tqmsformacion a través de dos actitudes indispensables: el arrepentimiento y la conversión.
Nis encontramos con la imagen de dos hermanos, y en los dos nos vemos reflejados, ninguno de los dos ama a Dios. En uno vemos nuestra desobediencia y las consecuencias de ello; en el otro la actitud que muchas veces nos caracteriza de creernos por nuestro cumplimiento, merecedores… Se nos olvida que como criaturas de un Dios que es Señor, tenemos ante él deberes, no derechos. A los dos el Padre Misericordioso los acoge y les muestra su Amor y los invita al banquete.
Hoy el Señor, también nos acoge a nosotros y está dispuesto a compartir la fiesta que ha preparado para nosotros, y para que la disfrutemos plenamente, sigamos con la formación que el Papa Francisco nos ha ido impartiendo a través de su catequesis sobre la Eucaristia: …”En verdad, el Señor nos sorprende mostrándonos que Él nos ama también en nuestras debilidades. «Jesucristo […] es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero (1 Juan 2, 2). Este don, fuente de verdadera consolación —pero el Señor nos perdona siempre— esto, consuela, es una verdadera consolación, es un don que se nos ha dado a través de la Eucaristía, ese banquete nupcial en el que el Esposo encuentra nuestra fragilidad. ¿Puedo decir que cuando hago la comunión en la misa, el Señor encuentra mi fragilidad? ¡Sí! ¡Podemos decirlo porque esto es verdad! El Señor encuentra nuestra fragilidad para llevarnos de nuevo a nuestra primera llamada: esa de ser imagen y semejanza de Dios. Este es el ambiente de la eucaristía, esto es la oración…
….Para comprender la belleza de la celebración eucarística deseo empezar con un aspecto muy sencillo: la misa es oración, es más, es la oración por excelencia, la más alta, la más sublime, y el mismo tiempo la más «concreta». De hecho es el encuentro de amor con Dios mediante su Palabra y el Cuerpo y Sangre de Jesús. Es un encuentro con el Señor.
Pero primero debemos responder a una pregunta. ¿Qué es realmente la oración? Esta es sobre todo diálogo, relación personal con Dios. Y el hombre ha sido creado como ser en relación personal con Dios que encuentra su plena realización solamente en el encuentro con su creador. El camino de la vida es hacia el encuentro definitivo con Dios…
Rezar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio —en los diálogos hay momentos de silencio—, en silencio junto a Jesús…
Tenemos que aprender a decir «Padre», es decir ponerse en la presencia con confianza filial. Pero para poder aprender, es necesario reconocer humildemente que necesitamos ser instruidos, y decir con sencillez: Señor, enséñame a rezar.
Este es el primer punto: ser humildes, reconocerse hijos, descansar en el Padre, fiarse de Él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario hacerse pequeños como niños. En el sentido de que los niños saben fiarse, saben que alguien se preocupará por ellos, de lo que comerán, de lo que se pondrán, etc. (cf. Mateo 6, 25-32). Esta es la primera actitud: confianza y confidencia, como el niño hacia los padres; saber que Dios se acuerda de ti, cuida de ti, de ti, de mí, de todos.
La segunda predisposición, también propia de los niños, es dejarse sorprender. El niño hace siempre miles de preguntas porque desea descubrir el mundo; y se maravilla incluso de cosas pequeñas porque todo es nuevo para él. Para entrar en el Reino de los cielos es necesario dejarse maravillar. En nuestra relación con el Señor, en la oración —pregunto— ¿nos dejamos maravillar o pensamos que la oración es hablar a Dios como hacen los loros? No, es fiarse y abrir el corazón para dejarse maravillar. ¿Nos dejamos sorprender por Dios que es siempre el Dios de las sorpresas? Porque el encuentro con el Señor es siempre un encuentro vivo, no es un encuentro de museo. Es un encuentro vivo y nosotros vamos a la misa no a un museo. Vamos a un encuentro vivo con el Señor…”
Mes de marzo
Sé parte de alguna misión
Intégrate a una misión evangelizadora o planea un peregrinaje, esto avivará el deseo de servir y mantendrá ardiendo la llama de la fe.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.
Bibliografía:
http://www.secretariadojmv.org/secretariado-internacional/catequesis-del-papa-francisco-sobre-la-eucaristia-parte-2