https://youtu.be/ffy0NedIa6w
- Rom 10, 9-18
- Sal 18
- Mt 4, 18-22
La liturgia de hoy nos invita a celebrar la fiesta de San Andrés. Fiesta que siempre se encuentra contextualizada en el tiempo de adviento.
El evangelio nos habla de la vocación de los primeros discípulos, nos señala que el seguimiento de Jesús comienza en un encuentro. Jesús se acerca a ellos en su lugar de trabajo y allí les propone algo nuevo. En ese instante, se puede captar el llamado y la libertad de seguirlo. No puede haber seguimiento del Señor si no existe este espacio de intimidad, y el reconocimiento de su palabra y de que él mismo nos busca.
Seguramente los apóstoles deben haber tenido muchas dudas. No es fácil lanzarse al vacío sin red de seguridad. Pero, a pesar de sus temores, ellos lo dejan todo y siguen al Maestro. En este contexto, resuenan las palabras del Papa Francisco en Evangelii Gaudium: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso”.
Por tanto, ya sea la celebración del apóstol o del adviento, nos encontramos en sintonía con un “despertar” al encuentro personal con Jesús y a la disponibilidad para anunciar este mensaje de salvación a toda la tierra.
La primera lectura, nos interpela y cuestiona sobre nuestra predicación y anuncio del Evangelio. Hacer posible que las personas encuentren el sentido de sus vidas está estrechamente vinculado a la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos frente al compromiso de anunciar a Jesús, el Hijo de Dios.
Dejemos resonar en nuestro interior: ¿Cómo creerán en Aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de Él sin que nadie que anuncie?
Ser portadores de esta Buena Noticia nos transforma. Transforma nuestra vida y nos convierte en sus mensajeros, pues como dice San Pablo: “la fe nace de la predicación”. Es por ello fundamental que todos y cada uno de nosotros, vayamos perdiendo el miedo a mostrarnos como cristianos ante los demás, ya que nuestra manera de vivir es la forma más expresa de hacer presente a Cristo. Nuestro testimonio de vida es la primera y más importante predicación.
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
Como nos dice San Pablo, hay que creer con el corazón, para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación; por eso pidamos que como San Andrés, nuestro Amor por Tí Señor, nos lleve a que tu mensaje resuene en toda la tierra.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://boosco.org/www/2019/11/29/mateo-4-18-22-inmediatamente-ellos-dejaron-las-redes-y-lo-siguieron-3/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=30-11-2022
Palabra de Vida Mes de Noviembre 2022
“Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.” (Mateo 5, 7) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.