https://youtu.be/zCHc7H67Dj4
- Jer 17,5-8
- Sal 1
- 1 Cor 15,12. 16-20
- Lc 7, 17. 20-26
Hoy celebramos a San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia. Quien trabajó en el fortalecimiento del pontificado romano en Occidente, en el establecimiento de relaciones entre la Iglesia y los reinos bárbaros, en la extensión del esfuerzo misionero y en la formación de la liturgia romana. El canto eclesiástico se llama gregoriano por él.
Y la liturgia nos invita a meditar: ¿Tienes algo que no hayas recibido?, específicamente, la primera lectura. Muy apropiado este cuestionamiento, pues con gran facilidad, caemos muchos, en la cultura del merecimiento, y nos olvidamos que todo lo que somos, todo lo que tenemos, no lo merecemos sino que es puro don. Entonces, debemos caer en la cuenta de que la mejor actitud, la más realista, es liberarse de la autosuficiencia o la estima exagerada. Será mejor, aprender a jugar limpio; aprender a liberar nuestra mente y nuestra vivencia religiosa de orgullos, de ambición, de engreimientos, y para liberarnos nos propone la lectura un camino: recapacitar.
El ser humano necesita pensar, repensar o recapacitar sobre su misión como cristiano y Pablo es fiel ejemplo de eso. Saulo era el más encarnizado enemigo de la Iglesia primitiva: convencido de la verdad del judaísmo, quería exterminar la secta cristiana. Ante el llamado del Señor, recapacita y queriendo servir al Señor con fogosidad y abnegación sin medida, llega a mostrar generosidad al servicio divino a tal punto que llega a pasar grandes problemas, privaciones, persecuciones y todo esto lo expresa como nos indica el texto, no para avergonzarlos, sino para llamarles la atención como a hijos queridos.
En el evangelio vemos como el sábado, era ‘memorial de la liberación de Israel’ de la esclavitud de Egipto: «por eso el Señor tu Dios te ha mandado guardar el día del sábado» Dt 5,15.
En ese contexto del mandato divino, los fariseos creían que el cumplimiento formal de la ley les obtenía la salvación; y una de las expresiones supremas de la religiosidad israelita era el descanso sabático para celebrar y renovar la conquista de la libertad. Por el rigorismo religioso, el día de liberación se convirtió en día de esclavitud ante tantas normas que regulaban la vivencia sabática.
Coger espigas se contaba entre las faenas de la recolección, y éstas se incluían entre los veintinueve trabajos principales, que infringían el reposo sabático.
Jesús no está en sintonía con el rigorismo que en nombre de la ley esclaviza, deshumaniza, no tiene en cuenta las necesidades de las personas y, recuerda a los fariseos lo que hizo David: dio a la tropa, los panes de la ofrenda, que solo podían comer los sacerdotes.
Afirma el Papa Francisco. “La palabra “hipócrita” Jesús la repite muchas veces a los rígidos, a aquellos que tienen una actitud de rigidez al cumplir la ley, que no tienen la libertad del hijo: sienten que la ley se debe hacer así y son esclavos de la ley. Pero la ley no ha sido hecha para hacernos esclavos, sino para hacernos libres, para hacernos hijo. San Pablo predicó mucho sobre esto; y Jesús, con pocas predicaciones, pero con muchas obras, nos ha hecho comprender esta realidad.”
El sábado había sido hecho no sólo para que el hombre descansara, sino también para que diera gloria a Dios: éste es el auténtico sentido de la expresión «el sábado fue hecho para el hombre» (Mc 2,27).
Además, al declararse “señor del sábado” (cf. Lc 6,5), manifiesta abiertamente que Él es el mismo Dios que dio el precepto al pueblo de Israel, afirmando así su divinidad y su poder universal. Por esta razón, puede establecer otras leyes, igual que Yahvé en el Antiguo Testamento. Jesús bien puede llamarse “señor del sábado”, porque es Dios.
No es aceptable ir contra el ser humano en nombre de la ley. Es triste ver que, muchas veces, esta escena se repite en nuestras vidas, cuando estamos más ocupados de no faltar a la liturgia del Domingo y descuidamos la caridad, muchas veces, la más elemental, es decir, la que debemos practicar en nuestras propias casas. Nos preocupa si la gente llega o no tarde; si platica o no en la misa; y pocas veces, volteamos a ver las necesidades de esa gente.
El evangelio de Jesús es claro, que al centro de toda nuestra vida está la caridad, lo cual no significa no cumplir la ley, sino darle a ésta el justo puesto que Dios le ha dado. No descuidemos el velar por los que menos tienen, por los que pasan necesidad, por los que, en definitiva, nos necesitan; por aquellos que, para comer, van cortando espigas por el camino. Ofrécete tú para que no tengan que cortar de esas espigas, hazte solidario con todo aquel que pasa necesidad y habrás cumplido toda la ley.
Bibliografía
- Folleto La Misa de Cada Día
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=03-09-2022
- https://es.catholic.net/op/articulos/66619/cat/331/la-compania-de-papa-dios.html#modal
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2022
“Siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible” (1 Corintios 9, 19) https://ciudadnueva.com.ar/setiembre-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.