?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/KrFsltHLfGQ
- Gen 2, 18-24
- Sal 127
- Heb 2, 8-11
- Mc 10, 2-16
Hoy domingo, dia del Señor, nos reunimos en la Eucaristia para celebrar la victoria del Amor sobre la muerte. Misterio de Amor con el que el Señor nos obtiene la Salvación.
La liturgia de hoy nos invita a contemplar la abundancia del amor de Dios que sobrepasa los méritos y aun los deseosos de los que le suplicamos derrumbe sobre nosotros su misericordia, como le manifestamos en la Oración Colecta.
Así, nos comenta Fray Jesús María Galdeano Aramendía O.P., la primera lectura del Génesis, resalta que la soledad del varón no se llena con las cosas o el dominio de la naturaleza, sino con la mujer, con la que llegara a ser “una sola carne”, a amarla como a sí mismo.
La segunda lectura, de la carta a los Hebreos, va dirigida a los cristianos provenientes del judaísmo, que parecen cansados y con cierta añoranza por lo que han dejado: el templo, el sacerdocio, los sacrificios, la ley de Moisés. La carta les exhorta a perseverar en su fe y les va demostrando que Jesús es superior a Moisés y a todas las instituciones del judaísmo.
En el camino, simbólico más que geográfico, hacia Jerusalén, sitúa Marcos varias enseñanzas de Jesús a sus discípulos. El evangelio de hoy recoge dos temas inconexos: El tema del divorcio y la actitud de Jesús ante los niños.
Hoy vemos, nos comenta el Rev. D. Fernando PERALES i Madueño, como los fariseos quieren poner a Jesús nuevamente en un compromiso planteándole la cuestión sobre el divorcio. Más que dar una respuesta definitiva, Jesús pregunta a sus interlocutores por lo que dice la Escritura y, sin criticar la Ley de Moisés, les hace comprender que es legítima, pero temporal: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto» (Mc 10,5).
Jesús recuerda lo que dice el Libro del Génesis: «Al comienzo del mundo, Dios los creó hombre y mujer» (Mc 10,6, cf. Gn 1,27). Jesús habla de una unidad que será la Humanidad. El hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer, siendo uno con ella para formar la Humanidad. Esto supone una realidad nueva: dos seres forman una unidad, no como una “asociación”, sino como procreadores de Humanidad. La conclusión es evidente: «Lo que Dios unió, no lo separe el hombre» (Mc 10,9).
Mientras tengamos del matrimonio una imagen de “asociación”, la indisolubilidad resultará incomprensible. Si el matrimonio se reduce a intereses asociativos, se comprende que la disolución aparezca como legítima. Hablar entonces de matrimonio es un abuso de lenguaje, pues no es más que la asociación de dos solteros deseosos de hacer más agradable su existencia. Cuando el Señor habla de matrimonio está diciendo otra cosa. El Concilio Vaticano II nos recuerda: «Este vínculo sagrado, con miras al bien, ya de los cónyuges y su prole, ya de la sociedad, no depende del arbitrio humano. Dios mismo es el autor de un matrimonio que ha dotado de varios bienes y fines, todo lo cual es de una enorme trascendencia para la continuidad del género humano» (Gaudium et spes, n. 48).
De regreso a casa, los Apóstoles preguntan por las exigencias del matrimonio, y a continuación tiene lugar una escena cariñosa con los niños. Ambas escenas están relacionadas. La segunda enseñanza es como una parábola que explica cómo es posible el matrimonio. El Reino de Dios es para aquellos que se asemejan a un niño y aceptan construir algo nuevo. Lo mismo el matrimonio, si hemos captado bien lo que significa: dejar, unirse y devenir.
Y nos explica el Papa Francisco que “En el proyecto originario del Creador no es aceptable que el hombre que se casa con una mujer la repudie, si las cosas no funcionan. No. Dios quiere, en cambio, que un hombre y una mujer se sientan llamados a reconocerse, a completarse y a ayudarse mutuamente en el matrimonio. Esta enseñanza de Jesús es muy clara y defiende la dignidad del matrimonio como una unión de amor que implica fidelidad. Lo que permite a los esposos permanecer unidos en el matrimonio es un amor de donación recíproco sostenido por la gracia de Cristo. Si en vez de este amor fundado en la gracia, en los cónyuges prevalece el interés individual, la propia satisfacción, entonces su unión no podrá resistir. Y es la misma página evangélica la que nos recuerda, con gran realismo, que el hombre y la mujer, llamados a vivir la experiencia de la relación y del amor, pueden realizar dolorosamente gestos que la pongan en crisis. […] Ante estas situaciones críticas, la Iglesia se esfuerza por hacer sentir concretamente su cercanía materna a cuantos viven la experiencia de relaciones rotas o que siguen adelante de manera sufrida y fatigosa. […] Por eso, ante tantos dolorosos fracasos conyugales, la Iglesia se siente llamada a manifestar no la condena sino su presencia de amor, de caridad y de misericordia para reconducir a Dios los corazones heridos y extraviados”.
Con el Salmista sintámonos dichosos, recordando que este término es una invitación a seguir luchando ante la grandeza y la ternura de Dios como la sugiere la expresión “temor de Dios” . Y no quisiera terminar esta reflexión de la liturgia de hoy sin aclarar esta expresión, con una frase de Ann Steiner: Tener temor de Dios es una absoluta reverencia y admiración por un Dios Todopoderoso, el creador de todas las cosas. A través de la Biblia recibimos algunas visiones del cielo, y vemos que las criaturas celestiales lo adoran alrededor de Su trono continuamente, gritando “¡Santo, santo, santo!” cubriendo sus rostros. Este Dios Todopoderoso me ha llamado por mi nombre para servirlo, y Él está obrando en mí para que pueda ser salvo y pueda estar con Él por la eternidad. ¡Esto debe causar en mí que el amor, gratitud y una reverencia inexpresable crezcan y aumenten en mi corazón!
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p class=”p1″>Esto nos hace tener temor de pecar contra Él, porque no queremos nada más en este mundo que agradarle y honrar Su nombre.
Palabra de Vida Mes de Octubre 2021
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman. https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.