Liturgia del 3 de junio 2020.Reaviva el don que recibiste
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?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
2 Tim 1, 1-3. 6-12
Sal 122
Mc 12, 18-27
La primera lectura hoy a través de Pablo con esta expresión: “reaviva el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos, porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio”; nos invita a trabajar en nuestros miedos, esos que se han desatado en nuestro inconsciente con la pandemia del Covi-19; muchas personas Han muerto, otros muchos han superado la enfermedad, y otros nos hemos confinado en casa con nuestras familias salvándonos de un contagio.
Ahora, en las diversas etapas de desescalada en la que el mundo se desenvuelve camino hacia una llamada: “nueva normalidad”, es el momento de REAVIVAR EL DON DE DIOS. Muchos podemos depositar nuestra fe en Dios, y más que llenarnos de cobardía, podemos pensar en el cuidado de Dios. Poner nuestro corazón en clave de agradecimiento por habernos cuidado en estos tiempos duros que nos ha tocado vivir. Poner también nuestro corazón en la confianza en Dios, para que nos siga cuidando.
Pero también debemos meditar sobre la muerte como un acontecimiento que todos debemos afrontar; esa a la que tanto tememos y que hoy nos circunda. Y el texto del evangelio nos sirve de gran provecho.
Hoy como nos dice el padre Yepes en el audio, es hora de reflexionar: Qué esperamos de la vida eterna?
La muerte para los cristianos, nos indica el sacerdote, es simplemente un tránsito, un cruzar un umbral para vivir la vida plena con Dios. Cuando logremos tener esta perspectiva que Jesús hoy nos presenta de la resurrección en que “los hombres serán como ángeles del cielo“, entonces aprenderemos a vivir la vida como un servicio de Amor con Dios, de justicia a los demás, especialmente a los más débiles, a los que sufren.
El padre Fernando Muñoz nos explica. Una de las cosas que siempre ha cuestionado y preocupado al hombre es su destino final. ¿Qué pasa después de la muerte? Para el cristiano, la respuesta de Jesús ilumina este misterio y lo hace vivir en paz, pues ahora sabe que no existe la muerte sino simplemente una transformación. El hombre creado por Dios vivirá para siempre.
El Papa nos indica en su reflexión de este texto que después de explicar la vida eterna, “…luego Jesús, por así decirlo, pasa al contra ataque. Y lo hace citando la Sagrada Escritura, con una sencillez y una originalidad que nos dejan llenos de admiración ante nuestro Maestro, ¡el único Maestro!
Jesús encuentra la prueba de la resurrección en el episodio de Moisés y de la zarza ardiente (cfr Ex 3,1-6), allí donde Dios se revela como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
El nombre de Dios está ligado a los nombres de los hombres y de las mujeres con los que Él se liga, y este lazo es más fuerte que la muerte.Y nosotros podemos también decir de la relación de Dios con nosotros, con cada uno de nosotros:¡Él es nuestro Dios! ¡Él es el Dios de cada uno de cada uno de nosotros! Como si Él llevase nuestro nombre. A Él le gusta decirlo y ésta es la alianza. He aquí el por qué Jesús afirma: “Porque él no es Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él”
Y éste es el lazo decisivo, la alianza fundamental con Jesús: Él mismo es la Alianza, Él mismo es la Vida y la Resurrección, porque con su amor crucificado ha vencido a la muerte.
En Jesús Dios nos dona la vida eterna, la dona a todos, y todos gracias a Él tienen la esperanza de una vida más verdadera que esta.
La vida que Dios nos prepara no es un simple embellecimiento de la actual: ella supera nuestra imaginación, porque Dios nos sorprende continuamente con su amor y con su misericordia.
Por eso con el Salmista digamos; “En el Señor tengo fijos mis ojos… hasta que Dios se apiade de nosotros.
Palabra de Vida Mes de junio
«Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mt 10, 40)
Acoger al otro, al distinto a nosotros, es la base del amor cristiano. Es el punto de partida, el primer peldaño para construir esa civilización del amor, esa cultura de comunión a la que Jesús nos llama sobre todo hoy. https://www.focolare.org/espana/es/news/2020/05/30/junio-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, / Junio 2020 “Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.