?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ef 6, 10-20
- Sal 143
- Lc 13, 31-35
La liturgia de hoy nos invita a meditar sobre nuestro cumplimiento de la misión que Dios nos ha encomendado y en cómo enfrentamos las dificultades, tentaciones y asechanzas en este caminar.
El padre Yepes en el audio, nos explica que en el evangelio proclamado, queda claro que Jesus no se atemoriza ante las amenazas y dificultades que se le presentan y más bien se mantiene firme en el cumplimiento de la misión que se le ha encomendado; ello porque, como nos decía el padre Jacobo Hernández en la Homilia, Jesús sabe quién es su Padre y depende solo de El.
Este, en cambio, es el dilema de nuestra existencia, nuestra indecisión ante el bien y el mal y con ello el temor a nuestro destino; y ello nos debe motivar para reflexionar: Estamos cumpliendo la misión que el Señor nos ha encomendado, o nos estamos dejando seducir por las asechanzas y seducciones del mundo? Somos coherentes con su Palabra? Transmitimos luz, somos sal en la tierra?
Pablo, nos dice lMaría Ferrández Palencia, Hermana de la
Congregación Romana de Santo Domingo, nos invita en este texto de Efesios a resistir a la fuerza del mal. Por eso, nos exhorta a “armarnos” interiormente; y esto se traduce en la práctica en abrir a Dios el libro que es nuestra vida, con sus luces pero también con sus sombras, para poder leer con Él lo que ha ido ocurriendo en ella; en confiar en la fuerza transformadora y salvadora de su Palabra; en orar incesantemente para pedir que venga a nosotros y a nuestro mundo el Espíritu Santo que nos conduce hacia la verdad de nosotros mismos, que nos enseña a vivir en justicia, que nos pone en marcha para continuar la misión de Cristo y anunciar el Evangelio de la paz.
Sigamos reflexionando: en estos momentos de mi vida ¿qué vivo como mal en mi vida y en la vida de nuestro mundo? ¿Qué recursos interiores de los que propone Pablo puedo ir cultivando más en mí?
Pablo, continua el padre Yepes, nos ofrece armas importantísimas en esta lucha: la verdad, la justicia, creer en el evangelio; la fe para resistir las flechas del mal; el casco de la salvación y la Palabra de Dios como gran espada, entre otras.
Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!’ Jesús, llama Jerusalén, no a las piedras ni a los edificios, sino a los habitantes, a quien llora con afecto de padre.
Miremos a Pablo, nos explica el PapaFrancisco, con su valor que viene de este amor, y miremos a Jesús que llora ante esa ciudad que no es fiel. Miremos la fidelidad de Pablo y la infidelidad de Jerusalén, y en el centro contemplemos a Jesús, su corazón, que tanto nos ama. ¿Qué podemos hacer por Él? La pregunta: ¿me parezco más a Pablo o a Jerusalén? Mi amor a Dios, ¿es tan fuerte como el de Pablo o mi corazón es un corazón tibio como el de Jerusalén?”
Trabajemos pues, nos aconsejaba hoy el padre Hernández en la Eucaristia, para como Jesús no temer porque confiamos en Dios y cumpliendo cada día nuestra misión a cabalidad, no aplique para nosotros el clamor del Señor: Jerusalén, Jerusalén…
Palabra de Vida Mes de octubre.
Todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.” (Lucas 14, 11)
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.