?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ez 37, 12-14
- Sal 23
- Rom 8, 8-11
- Jn 11, 1-45
Estamos por terminar el tiempo de Cuaresma, hoy es el culpen de la revelación del misterio de Jesús. La liturgia nos invita a vivirlo, experimentando el amor de Dios que se expresa en la entrega de su Hijo, de tal modo que como nos dice la oración colecta, “…avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entrego a la muerte…”
Es por eso que la primera lectura, nos insta, así como al pueblo judío, a no perder la esperanza, pues Dios no nos abandonará, El es el Dios de la vida que “abre nuestros sepulcros”, para infundirnos su Espíritu y darnos una vida nueva.
Jesús hoy nos hace una promesa: “Todo el que cree en mí, no morira para siempre. Y es que el evangelio nos confronta con uno de los temas que más nos cuesta , el tema de la muerte.
Jesús que se presta a entregar su vida en la cruz, y le devuelve la vida a su amigo Lázaro, nos conduce una vida nueva que se prolonga después de la muerte en la Resurrección eterna.
Hoy ante el Covid19, hemos visto múltiples reacciones ante la eventualidad de la muerte, el padre Yepes nos propone, en el audio, cinco actitudes para mostrar la vida divina que Jesús nos comunica:
- Vida nueva en Jesus para que compartamos tiempo de calidad con Dios, con nosotros mismos y con nuestra familia. Aprovechar este tiempo de aislamiento para conectarnos con lo trascendente, para crecer espiritual y emocionalmente.
- Ser solidarios. Quédate en casa; demostremos el amor con el distanciamiento sanitario; agradezcamos el servicio de tantos que tienen que salir a trabajar para que tengamos los servicios que necesitamos, las calles limpias, la seguridad, la asistencia medica, etc, obedeciendo los lineamientos de las autoridades. Necesitamos de la comunión de unos con otros, abrámonos a los demás, ayudemos sin exponernos.
- Vivamos la compasión, paciencia y el amor con aquellos con quienes compartimos, a veces con los que menos quisiéramos estar en esta cuarentena. Nuestra actitud hacia ellos definirá que clase de vida vamos a tener en esta situación.
- Fortalezcamos nuestra fe. Así nos lo dice el evangelio de hoy; “el que cree en mi aunque haya muerto vivirá” Bueno pero para fortalecerla tenemos que tener claro que es la fe. Es, pues, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1. Certeza de lo que se espera quiere decir que tenemos que estar seguros de lo que esperamos y deseamos. No es suficiente con tener una idea vaga de lo que esperamos o queremos lograr. Ni basta con decirlo! Y convicción de lo que no se ve. Muchas veces queremos algo en nuestra vida, sin embargo lo vemos imposible de lograr. Al verlo como imposible, nuestra mente descarta toda posibilidad de conseguirlo, y por ende definitivamente que se convertirá en un imposible. Pero si por el contrario, queremos algo muy difícil de lograr para nosotros, pero estamos convencidos que aunque sea todo lo complicado y difícil del mundo, seremos perseverantes, porque es algo bueno para nosotros y no perjudicaremos a nadie para conseguirlo, entonces podemos tener la certeza de que Dios irá creando las condiciones necesarias para que esto suceda, tarde o temprano.
- Fortalezcamos la esperanza.Ante tanto dolor y tristeza, ¿cómo evitar que «se nos escape» la esperanza? ¿Cómo mantenerla en nuestra «tinaja» En este sentido ser realista conlleva asumir los sufrimientos de hoy, no hacer la vista gorda a las dificultades que supone ser cristiano y estar dispuestos a aceptar las consecuencias de ser quienes somos.
Es importante situarse en comprender cómo es la dinámica entre la fe cristiana y el mundo, para no caer en la tentación de considerar la esperanza como un mero ideal que consiste en «confiar» en que todo saldrá bien y que los cristianos serán comprendidos y aceptados enteramente.
El Papa Francisco se refiere a la esperanza en los siguientes términos: «La esperanza cristiana no es solo un deseo, un auspicio, no es optimismo: para un cristiano, la esperanza es espera, espera ferviente, apasionada por el cumplimiento último y definitivo de un misterio, el misterio del amor de Dios en el que hemos renacido y en el que ya vivimos».La única forma de llegar a conocer dicho misterio de amor que da sentido a la vida y al sufrimiento humano, es por medio de la oración; conocer a Cristo.
Para vivir la esperanza en nuestra vida, no podemos olvidar pedírsela al Señor. Dios mismo nos alienta a ello cuando nos recuerda: «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se lo pidan?» (Mateo 7,11).
Mes de Marzo
Intención de oración universal
Recemos por la Iglesia de China.
Recemos para que la Iglesia en China persevere en la fidelidad al Evangelio y crezca en unidad.
Palabra de Vida .
Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.” (Mateo 7, 12)
Esta Palabra nos impulsa a ser creativos y generosos, a tomar la iniciativa, a tender puentes hacia quien no es nuestro amigo, como Jesús mismo hizo. Nos exige la capacidad de salir de nosotros para ser testigos creíbles de nuestra fe.
Perseverando veremos cambiar el mundo a nuestro alrededor poco a poco. Comprenderemos que el Evangelio comporta la vida más fascinante, enciende la luz del mundo, le da sabor a la existencia, tiene en sí el principio de la resolución de todos los problemas. No descansaremos hasta poder comunicar nuestra extraordinaria experiencia a otros: a los amigos que pueden comprendernos, a los parientes, a todo aquel que sintamos poder ofrecerla. Renacerá la esperanza”.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.