- Jer 13, 1-11
- Sal Deut 32, 18-19. 20. 21
- Jn 11, 19-27; o bien lc 10, 38-42
De nuevo el profeta Jeremías envía palabras duras al pueblo, con el mismo propósito de todos los profetas enviados por Dios: que el pueblo reconozca sus errores y regrese de nuevo al Señor. Sin embargo, el pueblo ha endurecido su corazón, se ha llenado de soberbia y orgullo por tener muchas riquezas, un templo hermoso y estabilidad política; todo esto lo ha llevado a alejarse cada vez más de Dios y a llevar una vida religiosa en la que se mezclan incluso los dioses paganos.
El texto del Deuteronomio que se ha tomado como Salmo responsarían nos dice: “Abanonaron a Dios, que les creó, y olvidaron al Señor que les dio la vida.
En el evangelio, Jesús pregunta a Marta –a quien celebramos hoy– si ella cree esto. Tenemos, entonces que preguntarnos: ¿qué significa hoy creer en Jesús? ¿Bastará con manifestar nuestra fe a los cuatro vientos, ensalzando su nombre? ¿Será suficiente con esperar nuestra resurrección, el último día, a pesar de las riquezas o penurias de nuestra vida actual?
Jesús le dice a Marta: “El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”. Y el Papa Francisco nos indica que ”es lo que Jesús repite a cada uno de nosotros, cada vez que la muerte viene a romper el tejido de la vida y de los afectos. Toda nuestra existencia se juega aquí, entre el lado de la fe y el precipicio del miedo. Dice Jesús: “Yo no soy la muerte, yo soy la resurrección y la vida, ¿tú crees esto? ¿tú crees esto?”
Yo os invito, ahora, a cerrar los ojos y a pensar en ese momento: de nuestra muerte. Cada uno de nosotros que piense en la propia muerte, y se imagine ese momento que tendrá lugar, cuando Jesús nos tomará de la mano y nos dirá: “Ven, ven conmigo, levántate”. Allí terminará la esperanza y será la realidad, la realidad de la vida. Pensad bien: Jesús mismo vendrá donde cada uno de nosotros y nos tomará de la mano, con su ternura, su mansedumbre, su amor. Y cada uno repita en su corazón la palabra de Jesús: “¡Levántate, ven, levántate, ven, levántate, resucita!”
Marta nos muestra hoy que, el que las cosas no sean o hayan sido como “ella” esperaba, esto no significa que no vayan a ser como finalmente más conviene a los planes de Dios, que siempre son fuente de bendición y de paz para todos. Nuestro problema es que siempre esperamos que Dios haga las cosas como a “nosotros” nos parece que deberían ser hechas. Y Dios no siempre lo piensa así, pues él ve los corazones y el bienestar de todos, no sólo el nuestro. Finalmente, el plan de Dios, no es sanarnos, sino llevarnos a la vida eterna y para ello es necesario, como hoy lo vemos en Marta, hacer una confesión de fe en Jesús como Señor y Mesías.
Textos consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=29-07-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/29-7-2011/
- https://es.catholic.net/op/articulos/73107/cat/1036/confiar-en-el-poder-del-senor-aun-contra-toda-esperanza.html#modal
Palabra de Vida Mes de julio “ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar” (Salmo 23, 1) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.