https://youtu.be/LGRrJIHrk6Y?si=Rd0nEVAHJQeIIyVk
- 2 Sam 15, 13-14. 30; 16, 5-13
- Sal 3
- Mc 5, 1-20
Hoy en la liturgia podemos ver como el Amor Misericordioso de nuestro Dios nos lleva a comprender las consecuencias de nuestros pecados. Lo vemos en la actitud de David en la primera lectura y como en la del endemoniado sanado.
Una de las cosas fundamentales en nuestra vida espiritual es sin duda alguna, saber reconocer lo que Jesús llamó “los signos de los tiempos”, es decir, todas las señales que Dios nos va dando para conducir nuestra vida de acuerdo a su voluntad.
Esto lo apreciamos en el pasaje de Samuel, en el que vemos a David que, pudiendo obrar de acuerdo a sus pasiones y las instigaciones de sus compañeros, descubre en todo lo que le está sucediendo, un proyecto de Dios que lo llevará a crecer en la humildad y en la confianza en su Señor.
Es, pues, importante saber descubrir, aun en los acontecimientos que no son totalmente de nuestro agrado, en los momentos de humillación y de dolor, lo mismo que en los de gozo y alegría, las señales que Dios nos va dando para caminar hacia él y siempre bajo su amorosa mirada.
La historia del Evangelio nos parecería estar lejana a nuestra realidad, sin embargo, la verdad es que se repite frecuentemente hoy en nuestra sociedad dominada por el materialismo. Jesús sana y libera a un hombre, a un ser humano que sufría a causa de unos demonios. Este pobre desgraciado viene del cementerio donde habita, sale del lugar de la muerte, busca la vida. Simboliza a todos aquellos que viven sometidos a fuerzas o poderes hostiles a Dios, “poseídos” por realidades de este mundo que se les han vuelto verdaderos ídolos a los que se someten, esperando conseguir con ellos seguridad y felicidad pero se esclavizan y deshumanizan.
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
Al igual que este hombre sanado, a nosotros nos suele pasar cuando uno descubre el poder de Dios, es tan conmovedor, que de modo natural uno quiere quedarse cobijado bajo sus alas, porque es donde mejor nos sentimos, porque despierta una admiración y una paz indescriptible, que nos da tanto miedo perderlas, que queremos quedarnos a su lado. Lo hemos experimentado en cada experiencia que hemos tenido la Gracia de participar y es lo mismo que sienten los discípulos que acompañaron a Jesús en la transfiguración, al punto que exclamaron: ¡Qué bien se está aquí! Y se disponían a armar una tienda para todos allí, lo que hubieran hecho sino es porque Jesús los saca de aquel trance, porque esta sensación es propia del Espíritu Santo, el cual recibimos para cambiar el mundo y salvarnos, con nuestros hermanos. Es por eso que hoy a nosotros igual que al hombre sanado nos dice: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.»La respuesta que Dios espera es el amor y este empieza por nuestros hermanos. ¿Si no podemos amar a nuestro prójimo a quien vemos, cómo podremos amar a Dios a quien no vemos?
Por eso termino esta reflexión con la Oración Colecta pidiéndole al Señor que nos conceda adorarle con toda el alma y amar a todos los hermanos con afecto espiritual, y yo agregaría, porque el Señor ha sido Misericordioso conmigo, y el nos ha dicho “Ve y haz tu lo mismo”.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.roguemos.org/marcos-5-1-20-cuentales-lo-que-el-senor-ha-hecho-contigo/#gsc.tab=0
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=29-01-2024
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.