?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Ef 2, 19-22
- Sal 18
- Lc 6,12-19
Hoy en el marco de la celebración de los Santos Simón y Judas, Apóstoles, un pequeño fragmento de una de las cartas más nutridas de formación cristiana, la carta a los Efesios, nos deja ver desde el inicio dos elementos fundamentales de nuestra relación con Dios y de nuestro destino final. Somos “conciudadanos de los santos”, es decir, ya vivimos en el cielo; nuestra vida está destinada a ser SANTA. Por eso no podemos conformarnos con menos pues estamos llamados a vivir eternamente en el cielo, en donde éste, es sólo la prolongación de nuestra vida en la tierra vivida en el amor de Jesús y a través de su Evangelio. Por otro lado, y quizás de manera aún más importante, resalta el hecho de nuestra filiación divina, pues somos “miembros de la familia de Dios”. Cada vez que pienso en esto no puedo salir de mi asombro al pensar que soy hijo de Dios, que Dios es mi padre y que Jesús es mi hermano, que María es mi madre y que en esta familia también yo soy importante. Qué maravilla saber que nuestro Padre nos ama y ha creado para nosotros todo cuanto existe, que nos lo ha dado como regalo, y que sólo espera la oportunidad de regalarnos su paz y su alegría para que seamos inmensamente felices en este mundo, y un día abrazarnos en el cielo junto con los demás miembros de esta increíble familia.
El evangelio nos complementa esta meditación, presentándonos dos acciones típicas de Jesús: predicar y sanar enfermos con autoridad. Autoridad, nos dice el padre Yepes en el audio, fruto de los largos ratos de oración, del contacto profundo con Dios que precedían a su accionar.
“El Evangelio, nos dice el Papa Francisco, comienza con algo que nos hace reflexionar: Jesús salió al monte a orar; y toda la noche continuó orando a Dios. Y luego viene todo lo demás: la gente, la selección de los discípulos, las curaciones, la expulsión de los demonios.
Por lo tanto, la piedra angular es Jesús, sí, pero es un Jesús quien reza. Y Jesús ora: oraba y sigue orando por la Iglesia. Así, la piedra angular de la Iglesia es el Señor que está delante del Padre que intercede por nosotros, que reza por nosotros: le rezamos, pero el fundamento es el que reza por nosotros…”
Hoy en medio de este mundo lleno de ruidos, tensiones y prisas, se hace urgente esta necesidad del ser humano para trascender: orar, sacar espacio par silenciarnos y escuchar a Dios que nos serena, nos madura, nos fortalece y nos hace crecer interiormente.
Mes de octubre
Lee y estudia la Biblia
/Planifica leer la Biblia en un Año, pero léela en la profundidad del amor, no para juzgar ni para condenar. La Palabra de Dios alimenta los sueños y esperanzas, es el motor de tu alegría y ayuda a avivar la compasión.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2019
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.