https://youtu.be/NJXrKeHdBG4
- Hch 18, 23-28
- Sal 46
- Jn 16, 23-28
Estoy segura de ser participe del mayor deseo de todo cristiano: La salvación del alma. Eso nos debe mover a como Apolo, con la ayuda de la gracia contribuir para el provecho de muchos cristianos. Así también para recordar cada vez que la tentación llegue a nuestra puerta tener como el Salmista la certeza de que por encima de todo está Dios. Para ello el Señor que siempre está pendiente de nuestras necesidades y que conoce nuestras debilidades nos anuncia hoy su partida de este mundo, como lo celebraremos mañana, pero nos asegura que contamos con la gracia y por eso todo lo que pidamos al Padre, en su nombre, El nos concederá. Es importante notar que el Padre ama a los discípulos por una razón fundamental: “Porque ustedes me aman, dice Jesús y porque han creído en mi”.
Afirma el Papa Francisco que “esto es muy fuerte… ¿Tenemos el valor de ir a Jesús y pedirle así: “Tú nos has dicho esto, hazlo. ¿Haz que la fe vaya adelante, haz que la evangelización avance, haz que este problema que yo tengo se resuelva”? ¿Tenemos esta valentía en la oración?… En la Biblia leemos que Abraham y Moisés tuvieron el valor de negociar con el Señor. Un valor a favor de los otros, a favor de la Iglesia, que hoy también es necesario.”
Si porque es cierto, en su despedida terrenal, Jesús nos dice “pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa”. Y, ¡Que debemos pedir? Tal vez en lugar de pedir sólo muchas cosas concretas en relación a las circunstancias de cada una de nuestras vidas, podemos reconocer que siempre podemos y debemos pedir a Aquel que como hemos recordado estos días nos prometió el Espíritu Santo.
Es importante, recordar para aquellos que creen saberlo todo de Dios, pero dudan de la filiación divina de Jesús, el Evangelio de hoy tiene una cosa importante a recordar: “Aquel” a quien los judíos denominan Dios es el que nos ha enviado a Jesús; es, por tanto, el Padre de los creyentes. Con esto se nos dice claramente que sólo puede conocerse a Dios de verdad si se acepta que este Dios es el Padre de Jesús.
Y esta filiación divina de Jesús nos recuerda otro aspecto fundamental para nuestra vida: los bautizados somos hijos de Dios en Cristo por el Espíritu Santo. Esto esconde un misterio bellísimo para nosotros: esta paternidad divina adoptiva de Dios hacia cada hombre se distingue de la adopción humana en que tiene un fundamento real en cada uno de nosotros, ya que supone un nuevo nacimiento. Por tanto, quien ha quedado introducido en la gran Familia divina ya no es un extraño.
Contando con esta filiación divina y volviendo al pasaje de los Hechos veamos algunos datos importantes en nuestra vida en la fe; el texto nos dice que aquel lugar apareció un personaje que despertaba interés: «Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras. Lo habían instruido en el camino del Señor y exponía con entusiasmo y exactitud lo referente a Jesús, aunque no conocía más que el bautismo de Juan» (Hch 18, 24-25).
Vemos que el texto sagrado deja trasparecer aquí un detalle muy bonito de la personalidad de Apolo y que deberíamos de tomar muy en serio todos nosotros: su humildad. Incluso siendo un hombre extremamente elocuente y versado en las Escrituras, no dudó en ponerse, como un niño, en la escuela de aquellos discípulos. Es probable que en este momento ya estuviera bautizado, tal vez por manos del propio Áquila.
Sobre esa actitud de Apolo, se expresa bellamente Mons. Gaume: «Dios bendijo esa predisposición, como bendice siempre a las almas humildes». De hecho, Apolo hizo un bien enorme a la comunidad de Éfeso. No obstante, se sentía inspirado a predicar en otra ciudad, donde también había un grupo de cristianos: Corinto.
Importante, entonces de tomar en cuenta ya que los laicos, afortunadamente cada vez más, tenemos un papel importante en la tarea de la evangelización encomendada a toda la Iglesia. Es una de las consignas más comprometedora del Vaticano II. Tanto a nivel eclesial como en el más doméstico de nuestro entorno deberíamos saber aprovechar los valores que hay en todas las personas. El deseo de todo cristiano debe ser primordialmente que el Reino de Dios progrese en todo el mundo, sea quien sea el que evangelice y haga el bien, con tal que lo hagan desde la unidad con la Iglesia.
Bibliografía:
- PildorasdeFe.com
- https://revistacatolica.org/apolo-quien-fue/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/05/28/sabado-28-de-mayo-de-2022-siete-dones-para-vivir-en-libertad/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
Palabra de Vida Mes de Mayo 2022
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros» (Jn 13, 34) https://www.focolare.org/espana/es/news/2022/05/01/mayo-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.