?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/3YqrNeqT5Tw
- Ex 34, 29-35
- Sal 98
- Mt 13, 44-46.
Más que centrar nuestra atención en el fenómeno maravilloso con el cual Dios le hacía ver al pueblo la relación estrecha que llevaba con Moisés, centremos nuestra reflexión de esta primera lectura, en lo importante de ser un “mensajero” de Dios. Moisés, llegó a establecer una relación tan cercana a Dios que, Dios mismo lo llamaba “amigo”, y con él hablaba, no en sueños, sino como se le habla a un amigo. Esto hizo de él un conducto maravilloso para comunicar al pueblo, el mensaje de salvación, que en su momento fue la Ley y los estatutos de la Alianza.
Puede ser que nosotros nunca lleguemos a tener una manifestación semejante a la que vivió Moisés, sin embargo, debemos reconocer que Dios sigue necesitando hombres y mujeres como tú y como yo para comunicar al mundo su amor y su Palabra. Si el mundo, a pesar de escuchar miles de veces esta “palabra de Vida”, no cambia, pudiera ser en gran parte porque nuestro corazón no brilla, porque nuestra palabra está vacía, porque no viene de la experiencia profunda de la amistad con Dios.
El texto nos dice que el rostro de Moisés brillaba; pues en un cristiano que tiene una amistad profunda con Dios, su rostro brilla de alegría y es capaz de transmitir la palabra de Dios con fuego y con amor. Jesús nos necesita, te necesita a ti, pero te necesita lleno de su fuego. Dedica un poco más de tiempo a tu oración personal.
Santo es el Señor, nuestro Dios, proclamamos en el salmo. Hoy se nos invita a imitar la santidad de Dios, a superarnos en una vida santa, que por otra parte no nos distancia de los demás, sino que nos hace preocuparnos de ellos con un corazón solícito y un celo ardiente por su bien, como el que sentía por su pueblo el Dios santo de Israel.
El Papa Francisco al explicarnos el texto del evangelio, afirma que “ell descubrimiento del reino de Dios puede llegar improvisamente como sucedió al campesino, que arando encontró el tesoro inesperado; o bien después de una larga búsqueda, como ocurrió al comerciante de perlas, que al final encontró la perla preciosísima que soñaba desde hacía tiempo. […] Así es para el reino de Dios: quien lo encuentra no tiene dudas, siente que es eso que buscaba, que esperaba y que responde a sus aspiraciones más auténticas. Y es verdaderamente así: quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza, y todo en una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús: ¡este es el gran tesoro! […] El Evangelio te permite conocer al verdadero Jesús, te hace conocer a Jesús vivo; te habla al corazón y te cambia la vida. Y entonces sí lo dejas todo, sea que luego cambies radicalmente de tipo de vida, o sea que sigas haciendo lo que hacías antes, tú ya eres otro, has renacido: has encontrado lo que da sentido, lo que da sabor, lo que da luz a todo, incluso a las fatigas, al sufrimiento y también a la muerte.”
Y es que este “comerciante en perlas finas” que nos habla el pasaje del evangelio, podríamos ser nosotros, es decir, los cristianos, los católicos que ya sabemos qué es una perla, y estamos acostumbrados a tener perlas entre nuestras manos (en nuestro corazón): ¡cuántas veces habremos dicho o pensado después de leer algo de la vida del Señor que nos ha ayudado mucho!: “¡esto si que es una perla!”, “esto es una joya”. Incluso textos que hemos leído con frecuencia en nuestra casa, o estando en Misa … Perlas que, de pronto, hemos descubierto (como el mercader que había visto en su vida tantas perlas) “de gran valor”.
Comerciantes de perlas preciosas eran todos aquellos que nos han precedido (santos, mártires, confesores de la fe…) que, un día, “al encontrar una de gran valor”, vendieron todo lo que tenían y fueron a vivir de acuerdo con la riqueza que habían descubierto.
La Virgen llevó en su interior la “perla más preciosa”: el Hijo de Dios. Como “comerciantes de perlas”, que somos todos los cristianos, debemos seguir buscando, para encontrar en nuestro interior esa “perla de gran valor” que ya nada, ni nadie nos podrá arrebatar: el Amor de Dios.
Palabra de Vida Mes de Julio 2021
“Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado” (Mateo 9, 22) . https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.