Santos Inocentes, Mártires
https://youtu.be/_6SXJ_OjM3M
- 1 Jn 1, 5-2, 2
- Sal 123
- Mt 2, 13-18
En el día en que la Iglesia recuerda a los Santos Inocentes, el Papa Francisco, nos sigue lanzando una invitación a que «Acojamos en el Niño Jesús el amor de Dios y esforcémonos para hacer que nuestro mundo sea más humano, más digno de los niños de hoy y de mañana».
Y también ha afirmado que: «mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental, la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en los rostros de los niños, especialmente de aquellos para los que, como Jesús, ‘no hay sitio en la posada’»
Sabemos poco de los niños que murieron bajo la espada de aquel gobernante cruel. Herodes quiere saber, pero no quiere cambiar. Tiene gente que investiga las profecías, pero su único afán es que estas no se cumplan. Encontramos en él una resistencia inaudita a la gracia. Podía obtener la salvación, pero renuncia a ella. Su vida se resume en un deseo de que nada cambie. Su vida demuestra que no era feliz y signo de ello era la crueldad que siempre mostró. Temió acercarse al Niño pequeño de Belén porque temía lo que iba a perder y nunca consideró todo lo que podía ganar. Pero él no estaba dispuesto a dar nada. En ese deseo por asegurar su situación decidió eliminar a todos los niños de Belén.
También nuestra vida, cuando no camina hacia el Señor, siempre termina haciendo el mal. Vivir contra Dios nos conduce a la simple indiferencia. Sin llegar a la maldad de Herodes podemos cometer otras faltas. Todo por no querer movernos hacia el Salvador.
Dios es luz en el no hay nada de oscuridad, nos dice el texto de la primera lectura que acabamos de leer
El símbolo de la luz, afirma la Hna. Mariví Sánchez Urrutia, transmite con fuerza la ausencia de todo lo que pueda oscurecer el mensaje del Amor en nuestra vida. Caminar en la luz, caminar en su Presencia, buscar la veracidad. Caminar en la luz nos reconcilia con el Padre si hay alguna pequeña oscuridad en nuestra vida.
Acojamos esta invitación del Apóstol Juan a caminar en la LUZ que nos reconcilia con Dios y nos pone en comunión con nuestros hermanos.
Continua el texto de San Juan: “Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos.”
Uno de la grandes escollos en la vida espiritual es el reconocer que somos pecadores. Es por eso necesario, que la luz de Dios ilumine nuestro corazón para que, como dice la misma Escritura, sea el Espíritu Santo quien nos revele que somos pecadores y que, por lo tanto, necesitamos de la gracia y la salvación de Jesús. Cristo nos ofrece su perdón, su paz y su amor; aceptémoslo con humildad, reconociendo que somos pecadores. Acudamos al sacramento de la Reconciliación.
“Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores…” Nos dice el Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu, al comentar el texto del evangelio, que metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.
San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14).
Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.
Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos… que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos lo dice San Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».
Por eso, finalizamos nuestra meditación de este día con este texto de la Hna Mariví: Hoy, cuando el evangelio nos pone al descubierto tanta crueldad y desprecio a la vida, nos urge a apostar por la vida. La vida de todos los niños, tantos que sufren la muerte lenta de la desnutrición, el acoso, la violencia, el aborto, la muerte, tantas y tantas cosas que, a nuestro alrededor, configuran una sociedad en la que siguen perseguidores y víctimas niños y mayores. La masacre de los inocentes está viva y continua a la largo de nuestro mundo.
Hoy el texto nos invita a“Levantarnos”como José, a salir de nuestra vida cómoda y rutinaria a veces, para ir en ayuda de tantos niños y personas necesitadas de nuestra ayuda.
A comprometernos un poco más en las causas que tratan de aliviar la vida de otros. Niños, jóvenes, ancianos.
A mirar con otros ojos y otro corazón a los que tienen que huir de su país y vivir en otro que no es el suyo.
A dejar que el Dios nos sorprenda con sus llamadas a veces poco lógicas que requieren una atención especial para percibir su lenguaje.
A que el corazón se haga un poco más grande en comprensión, compasión y compromiso.
Señor, no permitas que nos instalemos y acomodemos, que nos volvamos indiferentes ante el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que pueden necesitarnos a través de una palabra, una ayuda, una mirada.
¡Te lo pedimos Señor!
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2021
«¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Se-ñor!» (Lc 1, 45) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2021.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.